Los días azules
El 22 de febrero de 1939, hace hoy 75 años, el poeta Antonio Machado moría en Cotlliure, donde había recalado sólo 26 días antes huyendo de las tropas franquistas.
dación obtenida a través del turismo irán encaminados al mantenimiento de los pabellones.
El precio de entrada será de 8 euros y de 14 en el caso de que la visita sea guiada. Los vecinos de los barrios de Sagrada Família, Clot y Camp de l’Arpa podrán disfrutar de un abono anual de 5 euros con un número ilimitado de visitas. Mientras que los residentes afectados por el plan especial de la calle Cartagena, donde se piensa urbanizar una ronda verde en el entorno del recinto, tendrán el acceso libre.
En el recorrido turístico no se podrá acceder a los pabellones que están ocupados. El acceso a estos edificios sólo se podrá hacer durante la jornada de puertas abiertas que empieza la semana que viene. En este sentido, ayer se anunció la voluntad de que a lo largo del año y coincidiendo con determinadas festividades los barceloneses puedan entrar de manera gratuita al recinto.
Baiget recordó ayer cómo el plan director efectuado entre el 2006 y el 2008 reveló la necesidad de realizar una rehabilitación urgente, ya que los usos hospitalarios habían colapsado el edificio y deteriorado la estructura. La mayor inversión ha ido encaminada a frenar la degradación de los cimientos y mejorar la estructura de los edificios y a construir un sistema de climatización sostenible a través de un sistema de geotermia. Para ello se han construido más de 400 pozos de 100 metros de profundidad que suministran frío y calor mediante suelo radiante a los edificios. En paralelo, se ha habilitado un sistema de túneles de un kilómetro de longitud en el entorno de los pabellones por donde discurren todos los servicios de agua y electricidad. De esta forma, se evita la instalación de los feos cables en las singulares fachadas.
Los trabajos de restauración han supuesto la reforma de seis de los doce pabellones y hay dos más que están en proceso de rehabilitación. La intervención en cada uno de ellos ha supuesto el descubrimiento de algún elemento singular que permanecía cubierto por estructuras incorporadas con los años o con un nuevo piso con el que se hacía crecer la capacidad de los pabellones. Así, por poner un ejemplo, las antiguas urgencias se han convertido en la sala hipóstila, donde está previsto acoger presentaciones o conferencias. La intención de la muy ilustrísima administración (MIA) –órgano de gobierno de la Fundación Privada del hospital de la Santa Creu i Sant Pau y formada por la Generalitat, el Ayun- tamiento y el Capítulo Catedralicio– es alquilar para conferencias y congresos las salas del pabellón de la Administración.
En el interior de los edificios rehabilitados y que ya tienen inquilino destaca la arquitectura efímera. La principal condición es que las nuevas estructuras no toquen las paredes ni los techos modernistas originales, de modo que se mantenga la vista panorá-
Seis de los doce pabellones están restaurados y otros dos están en proceso de rehabilitación
mica de las espectaculares estancias con los techos artesonados y revestido por cerámicas ricas en colores y en matices.
Uno de los pabellones que se ha rehabilitado y aún no dispone de institución que lo ocupe es el de la Casa de Operaciones. Los trabajos de restauración han permitido recuperar los grandes ventanales de la primera y segunda planta que se encontraban totalmente tapiados para no permitir la entrada de luz solar. También se ha recobrado parte de la vegetación original –plantas medicinales– que Domènech i Montaner plantó en el jardín del recinto que estará abierto al público.
De hecho, los visitantes a lo largo de su itinerario también podrán observar el proceso de rehabilitación que ha sufrido el recinto modernista. Los visitantes accederán por una de las puertas laterales del pabellón de la Administración, justo donde se encuentra la tienda. En la recepción una gran maqueta mostrará la dimensión del complejo y un audiovisual presentará las características más importantes de Sant Pau. De allí se accederá a la sala Hipóstila y se llegará a los túneles de más de un kilómetro de longitud que antes recorrían de forma subterránea el recinto donde accederán al gran jardín. Podrán visitar el pabellón de Sant Rafel, el único que conserva la volumetría que tenían los edificios a principios del siglo XX, y el de Sant Jordi, con un espacio para exposiciones temporales.
Los planes de la MIA para el nuevo Sant Pau no se quedan aquí. Al margen de captar más organismos para que se instalen en el complejo, también está previsto efectuar un plan especial para separar con una ronda verde el viejo hospital y el nuevo. Para ello se construirá un edificio de investigación que liberará los actuales inmuebles diseminados por el gran recinto y se estudiará cuál de ellos se puede conservar o derribar.