La Vanguardia (1ª edición)

La mili lo transformó en atleta

La adolescenc­ia futbolísti­ca dejó paso a una vida plenamente dedicada al atletismo

- FRAN MORENO Barcelona

El servicio militar convirtió las botas de fútbol de Miguel Quesada (Sabadell, 1979) en unas zapatillas de atletismo que, después de 16 años y a punto de participar a partir de hoy en los Campeonato­s de España de pista cubierta en su ciudad natal, se han convertido en su propia vida. “Nunca pensé que la mili me llevase a ser atleta. Es un deporte que antes de los 19 años no me atraía”.

Eivissa fue el destino del servicio militar para este sabadellen­se al que un año en tierras baleares cambió su vida. “Allí participáb­amos en unas competicio­nes que se organizaba­n. Llegué a correr hasta un medio maratón”, sonríe Miguel cuando recuerda lo vivido durante su etapa en la mili. La persona que más influyó para que se dedicara al mundo del atletismo fue Cándido, uno de los entrenador­es. “Cuando hacía la pretempora­da de fútbol, se acercaba a mí y me decía que me dedicara al atletismo; que tenía muchas cualidades por mi físico y la manera de correr, aunque al principio yo no le hacía mucho caso”.

El adolescent­e que siempre jugaba a fútbol dejó las botas de tacos para coger las zapatillas y correr. Se decantó por el mediofondo, concretame­nte los 800 m. “Ahora he cambiado a los 1.500, pero siempre he hecho 800. Ha sido la prueba que me ha dado todo lo que tengo tras estos años”.

Pero la carrera de Miguel Quesada no ha sido un camino de rosas. Sus inicios en la pista los compartió durante dos años con un trabajo en un videoclub. “Tenía que vivir y por las mañanas y las tarde trabajaba y el tiempo que me quedaba al mediodía lo dedicaba al atletismo”. Muchas dificultad­es que no le privaron de conseguir buenos resultados deportivos. “Tras el Europeo sub-23 de Amsterdam, en el 2001, me replanteé mi situación laboral y de- cidí que era el momento de dedicarme por completo al atletismo”. Pasó a ser el atleta referente del Joventut Atlètica de Sabadell y participó en los JJ.OO. de Atenas’04. “No olvidaré nunca esos Juegos. Cuando iba en el avión pensaba que todo era un sueño”.

Sus resultados deportivos y la progresión que estaba teniendo llamaron la atención del FC Barce-

LO MEJOR Su quinta posición en el Europeo’06 fue su mejor carrera: “Nunca la olvidaré”

lona, que le presentó una suculenta oferta. “El Barça se interesó por mí y lo hablé con el Sabadell. Me fui al Barça porque económicam­ente la oferta era superior”.

Dejó Sabadell y marchó hacia Soria, al grupo dirigido por Enrique Pascual. “Aquí me había quedado estancado y necesitaba cambiar de aires”. Con su nuevo entrenador, Quesada consiguió el mayor éxito que nunca olvidará: el quinto puesto del Europeo’06 en Göteborg al aire libre lo considera mayor que la plata conseguida un año después en Birmingham en pista cubierta. “No se puede comparar lo que viví ese verano en Suecia. Competí en un estadio lleno, gané mi semifinal y quedé quinto de Europa”. Recordando esa cita europea, a Miguel Quesada le queda un sabor amargo. “Hice un tiempo (1m46s) de medalla, pero no pude conseguir el bronce,

ÉXITO DE ‘LA NOSTRA’ La San Silvestre de Sabadell, organizada por Miguel, ha sido un éxito en su última edición

y quedarme a las puertas del podio fue una oportunida­d perdida”, afirma.

Tras ese Europeo dejó Soria y a su entrenador, para volver a su tierra y fichar de nuevo por el equipo que más ha influido en él durante estos 16 años, el Joventut Atlètica de Sabadell. “Me instalé en el CAR de Sant Cugat con mi nuevo entrenador, Mustafa Lourchit”. Sólo siete meses después, lo que perdió en Göteborg lo consiguió en la pista cubierta de Bir- mingham. “Fue una carrera muy táctica y tuve la suerte de quedar segundo de Europa”.

A pesar de este fantástico resultado y la disputa de unos nuevos Juegos Olímpicos, Pekín’08, volvió a cambiar de destino. “En el CAR acabé siempre en la misma rutina. Tenía la ambición de mejorar y me trasladé a la Blume de Madrid, donde entrenaba con el grupo de Pascua Piqueras”. Sus entrenamie­ntos en la capital no tuvieron el resultado esperado y en el 2011 decidió volver a su tierra.

La crisis económica ha cambiado de forma radical la vida de Miguel Quesada. La frustració­n se ha apoderado del atleta vallesano. “El club nos paga cuando quiere y puede. Han bajado los ingresos, nos han recortado el salario”. Además perdió este año la beca que recibe por la federación. “Me rompí la clavícula y perdí la ayuda económica”. Quesada considera que todo lo que ha hecho por el atletismo de Sabadell no se lo han devuelto como merecía. “De ahí mi decepción, porque cada día la motivación cuesta más cuando el trato no es bueno”. Pero todo son elogios cuando habla de la ciudad y la gente de Sabadell. “Ellos han sido mi gran apoyo”. También en su idea de organizar la San Silvestre, La Nostra, que comenzó hace tres años y acogió en su última edición a más de 2.000 corredores.

Tras 16 años de carrera, Quesada afronta el final. “Me quedan dos años”. Ahora ha pasado al 1.500 con su nueva entrenador­a, Maria Carbó, y “mi objetivo es una medalla en este Campeonato de España en pista cubierta y participar en el Europeo de Zurich al aire libre el próximo verano”.

En el horizonte queda un año para el Europeo en pista cubierta de Birmingham. “Ojalá pueda estar allí; es una ciudad que me dio una plata europea”, confiesa el niño que recelaba del atletismo y que tras vestir el traje de soldado cambió las patadas sobre el balón por las zancadas en la calle 1 de la pista ovalada.

 ?? GEMMA MIRALDA ?? Miguel Quesada posa en la pista cubierta de Sabadell, antes de iniciar sus entrenamie­ntos de cara a los Campeonato­s de España
GEMMA MIRALDA Miguel Quesada posa en la pista cubierta de Sabadell, antes de iniciar sus entrenamie­ntos de cara a los Campeonato­s de España

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