Las plantas que con residuos generan electricidad también se van a pique
Los granjeros que apostaron por convertir sus residuos ganaderos en biogás (gas natural), para producir electricidad y calor, alertan de que sus instalaciones se van a pique. El desánimo es total en este ámbito de producción de energía renovable, sacudido también por la reforma energética del Gobierno. La nueva orden que prepara el Ministerio de Industria rebaja casi un 50% las ayudas a la producción de esta energía renovable, lo que conducirá al cierre de la mayor parte de plantas financiadas con créditos. “Nos quieren arruinar”, sentencia Óscar Bartomeu, gerente de Biovec. En España hay 23 plantas de biogás (siete en Catalunya), mientras que en Alemania hay más de 8.700.
En estas plantas industriales, los residuos ganaderos se mezclan con restos de la industria alimentaria para generar un gas (el biogás: la versión renovable del gas natural) que mueve los motores para producir electricidad y obtener calor para diversos usos. Además, el residuo resultante del proceso permite obtener un abono de calidad que se utiliza como fertilizante agrícola.
Hasta ahora, el sector recibía una ayuda de 14 céntimos el kilovatio hora producido, pero Industria ha anunciado su deseo de reducirla a 10 céntimos el kilovatio hora producido. La retribución, afirman fuente del sector, será tan reducida no podrán devolver los créditos. “Vamos directos a la bancarrota, al concurso de acreedores, porque los ingresos estarán por debajo de nuestra capacidad de mantener las instalaciones”, dice Bartomeu, convencido de que “es imposible devolver los créditos en las condiciones en que nos lo ponen".
Mientras en España se han instalaban miles de MW en energía fotovoltaica o eólica (gracias a las primas), apenas se han creado plantas de biogás, ya que las retribuciones han sido modestas. Ni siquiera se han alcanzado los objetivos fijados por el Plan de Energías Renovables.
“Siempre hemos tenido ayudas muy ajustadas, a diferencia de las que han tenido el sector eólico o fotovoltaico. Quienes han hecho estas inversiones lo ha hecho creyendo que así se hacía una mejor gestión de los residuos ganaderos; no lo hacía porque pensara que así se haría rica”, dice Bartomeu. Fuente del sector se sienten decepcionados porque se les prometió una rentabilidad razonable, lo que les hizo abrigar esperanzas de que se les subiría las ayudas. “Si se han equivocado, solicitamos que corrijan rápi-
Las instalaciones que producen biogás con excrementos verían reducida sus primas casi un 50%
damente el error; les aseguro que hay gente que lo está pasando muy mal. Rectificar es de sabios. Tanto el Ministerio, como Boston Consulting (la consultora que hizo los estudios de rentabilidad) saben que nos vamos a pique”, dice Bartomeu.