Unió se erige en abanderado de la moderación en Catalunya
El partido de Duran Lleida pone al día su estructura y designa a Francesc Gambús candidato europeo
Renovarse para adaptarse a los nuevos tiempos. Con esta filosofía celebró ayer Unió Democràtica de Catalunya (UDC) un congreso extraordinario de reforma de los estatutos que le permite aclimatarse a las exigencias de regeneración democrática que le llegan desde la sociedad y a la vez tener el partido preparado para poder seguir afrontando, con moderación, los retos que el proceso soberanista plantean al futuro de Catalunya. “Trabajamos con compromiso, pero también con moderación, que no es sinónimo de renuncia como pretenden algunos, sino la mejor manera que hemos sabido encontrar para ser ambiciosos, y lo que nosotros ambicionamos es una Catalunya plena”, resumió Ramon Espadaler, presidente del consejo nacional, en el discurso de clausura del cónclave a modo de eje de la que será la actuación de UDC de ahora en adelante.
El conseller de Interior fue el encargado de trasmitir el mensaje político final del congreso, en un cometido que en citas de esta naturaleza tenía reservado hasta ahora el líder del partido, Josep Antoni Duran Lleida, y lo hizo con una defensa cerrada de los principios ideológicos que han inspirado la actuación de UDC desde su fundación. “Recuperar la confianza de la ciudadanía pasa por nuestras actitudes de puertas adentro, pero también de puertas afuera, conscientes de lo que somos y de lo que queremos continuar siendo”, subrayó Ramon Espadaler, es decir, un partido de inspiración humanista, nacionalista, con vocación de gobierno y con capacidad de integración. Y fue desde esta perspectiva desde la que reafirmó el pleno compromiso de UDC con el derecho de autodeterminación de Catalunya y la celebración de la consulta el 9 de noviembre, sobre la que recordó, en cualquier caso, que el partido no tenía una posición adoptada y que tomaría cuando llegara el momento.
El mensaje de futuro fue, por tanto, claro: compromiso con la plena soberanía de Catalunya, pero con la moderación como ban- dera que siempre ha caracterizado a UDC. “El partido tiene presente, mucho futuro y aún muchas cosas que decir”, defendió el presidente del consejo nacional. La misma línea en la que se había expresado el secretario general, Josep Maria Pelegrí, en la apertura del cónclave, en el sentido de que “UDC tiene más futuro que nunca en este proceso en que estamos inmersos”, en refe-
Espadaler y Pelegrí asumen el peso político del congreso mientras Duran se mantiene en segundo plano
rencia al proceso soberanista en marcha en Catalunya. Ramon Espadaler y Josep Maria Pelegrí, de hecho, fueron los dirigentes que llevaron todo el peso del congreso, mientras que Josep Antoni Duran Lleida cedía protagonismo y permanecía en un discreto segundo plano, en lo que algunos cuadros del partido quisieron ver un gesto en clave sucesoria. En ningún caso, eso sí, nada cercana.
Los nuevos estatutos de UDC, confeccionados bajo las premisas de transparencia, participación y calidad democrática y aprobados por el 95% de los votos de los 700 compromisarios del congreso, introducen mecanismos hasta ahora inéditos en el funcionamiento del partido como la limitación de mandatos de los cargos electos o la posibilidad de celebrar primarias para escoger a los cabezas de lista. Los mandatos de los cargos electos quedan limitados, en concreto, a tres, aunque podrán ampliarse si una mayoría cualificada de las asambleas que los escogen así lo decide. Los cargos internos, en cambio, no se ven afectados por esta medida, pero sí por la de renovación del 25%, de manera que en todos los órganos de dirección, al nivel que sea, siempre una cuarta parte de sus miembros deberá tener dos mandatos o menos. Todas estas limitaciones, de todos modos, no tienen carácter retroactivo. Los cargos electos, además, no podrán acumularse y tendrán que rendir cuentas anualmente ante los órganos que los propusieron.
La posibilidad de celebrar pri-
marias, por su parte, se aplicará para elegir a los cabezas de lista al Parlament –por vez primera UDC habla en sus estatutos de candidato a presidir la Generalitat–, al Congreso, al Senado y a los ayuntamientos de más de 30.000 habitantes. La economía interna del partido, asimismo, se someterá a los controles –auditoría externa– y los criterios de estabilidad presupuestaria y austeridad que imperan en los tiempos actuales. Y la desafección de la ciudadanía con los partidos políticos se intentará combatir también con un código ético, de obligado cumplimiento por todos los militantes, que se tendrá que aprobar en un plazo de un año.
Los nuevos estatutos también refuerzan la definición política de UDC, sobre todo en la defensa de la plena soberanía de Catalunya y el reconocimiento de su derecho de autodeterminación para decidir libremente el futuro.