Rajoy inaugura una nueva era económica
“Hemos dejado atrás la recesión”. Partiendo de esta premisa, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechará el debate de política general que se iniciará el martes en el Congreso para hacer balance de los logros obtenidos en estos dos años de Gobierno. Porque a pesar de que el pleno de dación de cuentas del jefe del Ejecutivo es anual, Rajoy tiene intención de hablar de todo lo que ha hecho el Gobierno en los dos primeros años de legislatura, los más duros. Pero a continuación, su mensaje a los ciudadanos será que los esfuerzos no han sido en balde y que ahora se abre una nueva etapa en la que las reformas darán sus frutos y la recuperación económica que ya se atisba “se trasladará a la realidad de los hogares españoles”.
El objetivo del presidente es lanzar un mensaje de que ahora es el turno de los ciudadanos, de que él es consciente de sus problemas y que ahora todas las medidas estarán dirigidas a garantizar su bienestar. La gran baza serán los datos de empleo. Rajoy no puede echar las campanas al vuelo, pero las últimas cifras dan motivos para la esperanza: el 2013 se cerró con 70.000 parados menos que el 2012, y este mes ya se registran más afiliados a la seguridad social que hace un año. Su compromiso será que este año 2014 habrá creación de empleo neto.
Será el mismo mensaje con el que Rajoy, tras el debate, iniciará la campaña electoral para las elecciones europeas, y con el que quiere transmitir el rostro más amable, el más social. Dejar claro que, tras poner el orden la casa, puede prometer que la prioridad ahora son los ciudadanos. La creación de empleo no es la única promesa con la que quiere seducir a los españoles, a quienes se dirigirá en el debate, más que a los grupos de la oposición. La reforma del sistema tributario, que supondrá sobre el papel una bajada de impuestos para las clases medias, es la gran apuesta de Rajoy para este año. La comisión de expertos que elabora el informe para la reforma integral del sistema tributario entregará su propuesta a finales de mes, casi coincidiendo con el debate. Según las fuentes consultadas, el presidente no concretará la propuesta esta semana en el Congreso, aunque sí podría dar algunas pinceladas generales sobre las bases en las que se asentará el nuevo sistema tributario y sobre los objetivos de esa reforma. El argumentario de los populares está en marcha hace días: favorecer la actividad económica para la creación de empleo, apoyar a las familias y estimular y favorecer el ahorro. Lo que no hará Rajoy en su intervención, insisten los estrategas de la Moncloa, será concretar el contenido de una reforma cuyo futuro dependerá de las propuestas de los expertos.
La economía, pues, volverá a centrar el discurso del presidente del Gobierno, pero con otro tono. Hace un año, en el debate anterior, la idea fuerza del discurso de Rajoy fue la segunda generación de reformas para re- afirmar ante Europa sus compromisos después del rescate bancario. Pero el giro en el discurso no quiere decir que las reformas se hayan acabado. Todo lo contrario. El presidente enumerará las medidas pendientes y que piensa abordar de inmediato. Ahí están las reformas de la administración pública, la de la unidad de mercado, continuar con la reforma energética, la reforma de las políticas activas de empleo y del sistema de formación; la creación de la Agencia Estatal para la Investigación, medidas de liberalización del transporte y la delicada reforma de la financiación autonómica.
Economía y reformas que ahora promete Rajoy que llegarán al ciudadano. También afrontará con otro talante el problema de la corrupción. El año pasado, Rajoy se presentó ante el congreso días después de que estallara el escándalo de las cuentas suizas de Luis Bárcenas y el supuesto pago en dinero negro a los dirigentes del PP. Rajoy se presenta ahora con una carpeta de medidas de regeneración democrática recién aprobadas en el Consejo de Ministros y que supondrán un mayor control de las cuentas de los partidos y una mayor regulación del comportamiento de los cargos públicos.
Rajoy no obviará uno de los principales problemas que tiene encima de la mesa, como presidente, y que es el proceso soberanista impulsado por Artur Mas. El presidente del Gobierno, según las fuentes consultadas, hablará del asunto en su primera intervención para reiterar que hará cumplir la ley y que la soberanía nacional no es negociable. Pero esperará a CiU para entrar en materia. Sin embargo no quiere que la cuestión catalana monopolice el debate, lo deja para el portavoz PP cuando llegue al pleno la proposición de ley del Parlament.