La Vanguardia (1ª edición)

Controles especiales en La Jonquera

Refuerzo de la lucha contra la droga en el paso fronterizo

- ENRIQUE FIGUEREDO

ALa Jonquera l llegar a la Jonquera se tiene la sensación de que tiene difuminado­s sus límites y sus estructura­s. La calle mayor era en otro tiempo la carretera que llegaba a la frontera. Todo parece que se articuló inicialmen­te en torno a esta vieja vía. Da la sensación de que fue creciendo a ambos lados de esta ancestral calle y que, en cierto momento, se perdió cualquier orden y se desdibujó su linealidad. La llegada de la primera nacional II desdoblada que pasaba por fuera del casco urbano debió de incidir en ello y, después, la industrial­ización y la aparición de polígonos con sus supermerca­dos, sus outlets y sus prostíbulo­s de grandes dimensione­s. La Jonquera es el paso fronterizo terrestre más importante de España y hace honor a este título pues, si existe un patrón para definir este tipo de enclaves entre dos países, esta localidad ampurdanes­a encaja en él con creces. No es de extrañar que el Ministerio del Interior haya destinado un nutrido contingent­e de equipos policiales, incluidos perros rastreador­es de droga, si quiere reforzar la lucha contra las bandas de ladrones y atracadore­s internacio­nales que, tras perpetrar sus fechorías en cualquier punto del país, cruzan rápido la frontera. Desde el día 22 de enero, se vienen sucediendo controles de carretera sin previo aviso y en lugares y horas distintos. Forman parte de un plan estratégic­o para luchar contra lo que los especialis­tas denominan “delincuenc­ia itinerante”.

La comisaría de La Jonquera presenta la saneada sencillez que suele respirarse en los edificios públicos construido­s en los años sesenta y que, merced a sucesivas remodelaci­ones y actualizac­iones hechas durante décadas, dan el pego y aún resultan útiles. Ese es el cuartel general de todos los policías que trabajan en este dispositiv­o contra la delincuenc­ia itinerante diseñado por la dirección general de la Policía. Vie- nen de cualquier lugar del país y son relevados cada 10 o 15 días. Ahora, hay unidades de Galicia.

Llegando en vehículo a estas instalacio­nes policiales es fácil ver a numerosas prostituta­s, pues se pasan varias rotondas. Este elemento para la ralentizac­ión del tráfico ha proliferad­o en la última década por doquier y parece alcanzar cierto grado de sublimació­n en La Jonquera.

Según un informe policial al que ha tenido acceso este diario, “se consideran grupos organizado­s itinerante­s aquellos forma- dos por más de dos individuos que cometen una pluralidad de delitos (fundamenta­lmente, contra el patrimonio), con procedenci­a principal de países del Este de Europa y con movilidad geográfica entre varios países de la Unión Europea o más allá de las fronteras de esta”. La policía francesa también está realizando controles análogos.

La libre circulació­n de mercancías y ciudadanos, que supuso, según los especialis­tas, un enorme estímulo para el crecimient­o económico de los países de la Unión, también conllevó la eliminació­n de las fronteras. Ciertas bandas internacio­nales han ido año tras año sacando provecho de esta nueva situación. Sin poner coto a la libre circulació­n, los novedosos controles policiales tratan de neutraliza­r la ventaja que esta da a las bandas organizada­s.

Los primeros resultados parecen estar justifican­do el esfuerzo. Se han controlado ya más de 1.000 vehículos y más del doble de personas. Más allá de la enorme riqueza de los datos recogi- dos, que alimentan a las unidades de inteligenc­ia policial, los agentes están topando con asuntos relacionad­os con estupefaci­entes, armas de fuego –se han intervenid­o varias– y reclamados judiciales. El pasado jueves, 20 de febrero, por ejemplo, se detuvo en un control a un ciudadano georgiano reclamado por varios juzgados españoles y con una orden de detención e ingreso en prisión vigente.

Son las 15.30 horas. La tarde está en su apogeo. Es la hora fijada por los responsabl­es del dispositiv­o. Varias furgonetas de la Unidad de Intervenci­ón Policial (UIP) aceleran, sobrepasan a todos los vehículos que están salien-

El objetivo es impedir que los delincuent­es pasen a Francia inmediatam­ente después de actuar

do del peaje en una vía lateral de AP-7, ya muy cerca de la frontera, e instalan en menos de un minuto un amplio control. “Nos fijamos en una serie de perfiles que las unidades de investigac­ión nos aportan previament­e”, explica un miembro del operativo. Cuando se trata de controles en vías de salida, en dirección a Francia, se vigila mucho el tráfico de vehículos de alta gama, los vehículos de media carga que puedan transporta­r mercancía robada y estupefaci­entes. En esas circunstan­cias, el perro policía entra en juego. En cambio, si los controles se sitúan a la entrada, el objetivo principal es el de evitar el tráfico de seres humanos tanto para su explotació­n laboral como para la sexual.

Los controles no sólo se llevan a cabo en la autopista y en la N-II sino también en otras vías secundaria­s e incluso en vías terciarias como pistas forestales. “Existen en toda la provincia de Girona 150 pasos de frontera. Son caminos o mugas”, concluye un responsabl­e policial.

 ?? INMA SAINZ DE BARANDA ?? Unidades policiales, el pasado jueves, en un control de seguridad en la AP-7, a la altura de Jonquera
INMA SAINZ DE BARANDA Unidades policiales, el pasado jueves, en un control de seguridad en la AP-7, a la altura de Jonquera
 ?? INMA SAINZ DE BARANDA ?? Los perros trabajan activament­e en este dispositiv­o especial
INMA SAINZ DE BARANDA Los perros trabajan activament­e en este dispositiv­o especial

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