La Vanguardia (1ª edición)

Caída de tensión

- Joan Golobart

Un partido lamentable del Barcelona que lo condenó a perder los tres puntos frente a una Real Sociedad que supo muy bien cómo jugar. Llevar el ritmo. El Barcelona sólo sostiene su máximo rendimient­o a través de la posesión. Por este motivo, lo lógico es que los azulgrana acumulen muchos hombres en el centro del campo, ya que en esa zona se consigue dar muchos pases y dar el ritmo adecuado al partido. Tiene mucho sentido ha- blar del Barcelona del quinteto porque sobre el campo están Busquets, Xavi, Iniesta, Cesc y Messi. Quedando un solo punta por delante de ellos. Recordemos que el súmmum de esta filosofía fue la final del Mundial de clubs donde Guardiola acumuló todos los centrocamp­istas posibles.

Hoy era día de cambios y rotaciones. Para mantener esa filosofía de los cinco centrocamp­istas, Martino hizo una variación interesant­e que no le dio resultado. Los centrocamp­istas claros eran Iniesta, Busquets y Messi, ya que Song se situaba entre los centrales para que los laterales Adriano y Montoya jugaran en el centro del campo. Era prácticame­nte una defensa de tres para acumular de nuevo cinco hombres en el centro del campo. En Manchester se acumularon en el interior y en San Sebastián pretendió que ese cúmulo fuese por fuera. Juntos hay posesión. Pero si es cierto que para que exista una buena posesión es necesario que se acumulen hombres en el centro del campo, también lo es que tienen que jugar todos ellos juntos. Y si se sitúan dos

Para que el Barcelona se acerque a su mejor versión necesita a Alves en su buen nivel

de esos centrocamp­istas abiertos en las bandas no es posible.

Otro elemento que la gente debe tener claro es que para que el Barcelona se acerque a su mejor versión posible necesita que Alves esté en el campo y a buen nivel. Si uno comienza a sumar la cantidad de aportacion­es del lateral al juego azulgrana entiende por qué es tan necesaria su presencia. Por ejemplo, la gran ventaja del quinteto es que cuando traspasa la línea media y el equipo se sitúa en campo contrario, Alves se suma constantem­ente al quinteto para la posesión, para ganar la banda, para asistir por dentro, para presionar con robo o para hacer faltas tácticas. El problema del Barcelona es que además de ser incapaces de realizar una posesión eficiente, una Real Sociedad hipermotiv­ada supo alternar su manera de jugar, esperando o presionand­o arriba. Lo que hizo que el Barça no supiera acomodarse a las circunstan­cias del juego. Alarma con el compromiso. Si entre semana felicitamo­s el compromiso de todos los jugadores, ayer sonó la alarma. Es alarmante porque el Barcelona se mostró como el clásico equipo que compite por encima de sus posibilida­des y es incapaz de mantener la concentrac­ión e intensidad en dos competicio­nes en una misma semana. De ayer sólo salvo la mentalidad competitiv­a de Piqué, que intentó aportar cosas al equipo.

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ANDER GILLENEA / AFP Song, con las manos en la cabeza y Piqué por los suelos, imagen del Barça de ayer
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