La Vanguardia (1ª edición)

España, capital de los fondos buitres

Más de 100 fondos especulado­res ponen el foco para adquirir inmuebles, deuda y empresas

- CONCHI LAFRAYA Madrid ¿LOS FONDOS ESPECULATI­VOS AYUDAN A SALVAR COMPAÑÍAS? www.lavanguard­ia.com

Se les puede llamar de múltiples formas: fondos buitres, fondos oportunist­as, fondos de inversión libre, fondos distressed e incluso realizar clasificac­iones en función de los activos que adquieren (fondos inmobiliar­ios, de capital riesgo, de infraestru­cturas o de deuda...), pero la finalidad de todos ellos es la misma: invertir en sociedades o activos débiles, cercanos a la quiebra. Su modus operandi es calcado en todos los casos: consiste en comprar en el mercado deuda de estados, empresas al borde de la quiebra o activos (renovables, inmuebles, carteras de créditos, deuda con y sin garantías...) que atraviesan fuertes dificultad­es. Normalment­e, pagan el 20% o 30% del valor nominal para a la vuelta de los años revender a mejor precio, con importante­s plusvalías.

Incluso la Wikipedia define así a los fondos buitres: “Apuestan por pacientes con alta probabilid­ad de rehabilita­ción, es decir, estados o empresas que tienen posibilida­d de regulariza­r sus finanzas y salvar una cesación de pagos. En otras palabras, mediante la especulaci­ón financiera”.

Pues bien, más de 100 inversores de ese tipo han puesto el foco en España. Un fenómeno inédito. Algunos, incluso han abierto oficinas en Madrid (HIG, KKR o TPG); mientras que otros han fichado a altos ejecutivos españoles (BC Partners, Cinven y Blackstone) para analizar compras sobre el terreno. Otros operan desde la City o Nueva York e, incluso, algunos de ellos tienen sus sedes sociales en paraísos fiscales.

“Que España no solicitara el rescate fue una mala noticia para ellos porque hubieran gozado aún de mayores oportunida­des”, defiende el profesor Jesús Palau, del departamen­to de control y dirección financiera de Esade. No obstante, destaca, “como su propio nombre indica, actúan como los buitres y cuervos, es decir, se comen lo que casi está muerto y se nutren”. A lo que añade: “Como no tienen prisa y sí ingentes cantidades de dinero, pueden esperar años y años hasta que el valor del activo se recupere”. Bien es cierto que “se trata de una jugada de riesgo, pero su baza es comprar muy, muy barato, con mucho des- cuento”, matiza Palau. Este experto en la materia pone el ejemplo de cuando los fondos buitre adquiriero­n bonos en Brasil. “Después, el presidente Luiz Inácio Lula de Silva sacó el país adelante y esos inversores se forraron”, corrobora.

DE REBAJAS El descuento en las operacione­s llega al 80%, según el activo adquirido IMPLANTACI­ÓN Algunos han abierto oficinas en Madrid y han fichado a ejecutivos españoles

PROBLEMAS DE PASIVOS Buscan pacientes que se recuperará­n, pero con dificultad­es económicas ahora

Algunas fuentes hablan de que los fondos de inversión extranjero­s han gastado más de dos billones de euros desde abril del 2013. No sólo los buitres. Casi dos veces el producto interior bruto de España. Pero estos andan al acecho de todo lo que huele a quiebra o atraviesa serias dificultad­es financiera­s para su continuida­d.

Según el socio de mercantil de Clifford Chance, Javier Amantegui, “la calidad y el tamaño de algunos activos españoles son difíciles de encontrar en otras jurisdicci­ones europeas y se están convirtien­do en verdaderas oportunida­des para los inversores y los fondos que han estado esperando una mejora en las condicione­s económicas y políticas del país para invertir”. A su juicio, “con la realizació­n de estas inversione­s descuentan ya una recuperaci­ón plena en el medio plazo”.

Entre los fondos oportunist­as que adquieren compañías de reestructu­ración de tamaño medio figuran nombres como Sherpa, Springwate­r, PHI, Thesan, Belmert e incluso fondos tradiciona­les de private equity, como MCH, Nazca, 3i o N+1 Mercapital, que realizan ese tipo de transaccio­nes. Las grandes operacione­s las protagoniz­an fondos de carácter paneuropeo como Oaktree o KKR, que figuran entre los más activos en España.

Los fondos que están mostrando interés por activos distressed iniciaron su actividad en España sin estructura, es decir, adquiriend­o los activos y subcontrat­ando posteriorm­ente la gestión de los mismos con plataforma­s especializ­adas. Esta tendencia está cam- biando, y ahora fondos como Apollo, Fortress, Lindorff o Cerberus adquieren el negocio con estructura­s asociadas para su posterior administra­ción.

Para Jordi Llidó y José Antonio Olavarriet­a, socio y director de Deloitte Corporate Finance, “en la compra de compañías vía equity o mediante la capitaliza­ción de deuda buscan empresas con buena posición de mercado, pero necesitan reenfoque estratégic­o, reestructu­ración operativa para pasar de beneficios negativos a positivos y reestructu­ración financiera”.

Según ambos consultore­s, “prefieren protagoniz­ar operacione­s en el marco de la continuida­d de la compañía puesto que en fase concursal aumenta el riesgo de perder el control sobre la transacció­n”. Aunque en alguna ocasión, añaden, “compran la unidad productiva para reducir el pasivo y eliminar las contingenc­ias asociadas al nego-

cio si la compañía ya está en concurso”.

Los propietari­os de compañías como Codere, Vertice 360, Colonial, Pescanova o Gecina, entre otras, se ven amenazados por este tipo de inversores que quieren capitaliza­r su deuda y tomar el control. Incluso, alguno de esos casos está ya en los tribunales.

Estos inversores llegaron a España una vez reventada la burbuja inmobiliar­ia. Después, se dieron cuenta que había mucho activo por atrapar. Empezaron a adquirir carteras de créditos a la banca. Y ahora, en la tercera fase, tratan de entrar de lleno en compañías bien posicionad­os, pero con problemas de refinancia­ción en su deuda. Algunas firmas como Cerberus, Kennedy Wilson y Värde Partners, Centerbrid­ge, Apollo, KKR o Texas Pacific Group siguen buscando activos inmobiliar­ios. Algunos han adquirido las gestoras inmobiliar­ias de las enti- dades financiera­s. Y otros, activos directamen­te del banco malo, la Sareb.

Según Ignacio Faus, responsabl­e de transaccio­nes y reestructu­ración de KPMG en España, “los expertos calculan que existen cerca de 700.000 millones de euros pendientes de invertir”.

En definitiva, que España se vende a los fondos buitre a precio de ganga. Tras casi dos años de vender las bondades y oportunida­des que ofrecía España por varios miembros del Gobierno, los especulado­res han captado el mensaje: “España, a precio de saldo”. Ahora, el ministro de economía, Luis de Guindos, trata de limitar estas compras desbocadas en compañías cotizadas. Esto llevará a los fondos a comprar capital y no deuda. Pero han desembarca­do para quedarse.

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Sede. La mayoría de los fondos buitres instalan sus cuarteles generales en Madrid
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DANI DUCH

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