La estrategia del toma y daca
El president Artur Mas ha mostrado su deseo de que el conflicto catalán se resuelva de forma que todos ganemos. Mas echó mano del concepto win-win para asegurar que, mediante la cooperación, España y Catalunya podrían salir beneficiadas de una secesión. Con el auge del couching y la gestión de proyectos se ha puesto muy de moda eso del win-win. Suena moderno y hace furor, pero no deja de ser la clásica teoría de los juegos. La cosa es la siguiente: el señor A compra una barra de pan, pero no le queda dinero para nada más y el señor B compra un buen trozo de queso, y se queda sin blanca. Ambos coinciden en un banco y acaban por compartir el pan y el queso, disfrutando los dos de un suculento bocadillo. Ya tienen un win-win, poco sofisticado, pero winwin. Pero he aquí que la realidad no es tan sencilla. Rajoy y Mas hacen todo lo posible por no compartir el mismo banco, así que ya empezamos mal.
En Catalunya se impone la teoría de que el Gobierno del PP, en algún momento, moverá ficha y tendrá que ceder. Pues bien, ¿y si no lo hace? De hecho, en el entorno de la Moncloa esa es la inclinación más evidente. Para Rajoy y los suyos, siempre que se ha transigido con las demandas de Catalunya, el resultado han sido más reclamaciones. Para ese sector –que no es unánime, pero tiene peso– el plan que seguir es el siguiente: Primero, contar los votos de las elecciones europeas para comprobar si CiU se mantiene al frente del movimiento independentis- ta o da alguna muestra de flaqueza. Segundo, mejorar la financiación no sólo de Catalunya, sino de varias comunidades (todas ellas del PP). Tercero, incluir Catalunya entre las receptoras de inversiones públicas cara a los presupuestos del 2015 con la intención de rebajar el discurso del España nos roba. Cuarto, ver qué ocurre el día 9 de noviembre y, ante la imposibilidad de convocar una consulta, esperar a que se convoquen elecciones plebiscitarias catalanas. ¿Qué pasa si gana ERC? Para algunos dirigentes populares, cuanto peor, mejor. Según esa tesis, mientras la locomotora del independentismo la dirija CiU, los catalanes se subirán al vagón. Si conduce Esquerra, CiU entraría en crisis y muchos se bajarían del tren.
Siguiendo la teoría de los juegos, Mas imagina un escenario en que los dos sospechosos arrestados por la policía decidirán encubrirse y así en pocos días estarán en la calle. Y Rajoy prevé que uno culpará al otro y saldrá libre a costa de que su colega pase una buena temporada entre rejas. ¿Por qué no es tan sencillo que ambos entiendan el juego y cooperen? Por el dilema del prisionero iterado, que recuerda que la confianza en el otro se basa en experiencias anteriores y en variables como la venganza, la capacidad de perdón, la lista de agravios, la amabilidad personal... Es la estrategia del toma y daca, en la que cada jugador actúa en función de cómo lo ha hecho antes su oponente. Se le llama tit for tat. Pasar de ahí al win-win está por ver.