Paco de Lucía deja un legado de copla
Estrella Morente y Parrita, en la obra póstuma del artista
Para nadie es un secreto que Paco de Lucía sentía un amor apasionado por la copla, una de sus principales fuentes de inspiración. Una novela resuelta en tres minutos que cuenta historias de pasión y de celos, de lucha y supervivencia, un modo dulce de enfrentarse a la amargura cotidiana de antes y de ahora. El guitarrista español más universal nunca ocultó su pasión platónica por Marifé de Triana y la música de los maestros Quintero, León y Quiroga. La discográfica Universal, con la que Paco de Lucía trabajó medio siglo, lanza hoy al mercado Canción andaluza, el disco póstumo del artista fallecido en México en febrero, que se encontraba en su última fase cuando llegó el infarto que acabó con su vida en Cancún.
“Paco trabajó los dos últimos años de su vida en este viejo proyecto, que era un homenaje a su madre, Lucía Gomes, a la que siempre le gustó la copla mucho más que el flamenco. Una copla española que fue la banda sonora de la infancia del artista”, comenta a
La Vanguardia Juan José Téllez, biógrafo oficial y uno de los pocos verdaderos amigos íntimos del artista. “También es un homenaje a Marifé de Triana, el mismo que la artista nunca recibió en vida, algo que siempre afectó profundamente al guitarrista”.
El disco recoge ocho temas que combinan pasodobles, boleros, seguiriyas o bulerías en una obra póstuma donde Paco de Lucía se dio el gusto de hacer durante los últimos años de su vida lo que más le placía. Una obra para la que contó con las voces de Estrella Morente, Parrita y Óscar de León, y que es heredera de los discos que el hijo de Lucía, la portuguesa, grabó con Ricardo Modrego en 1965 y con su hermano Ramón en 1967 ( Canciones andaluzas para dos guitarras), aunque mucho
El disco, que hoy sale a la venta, recrea clásicos de la copla, sobre todo de Quintero, León y Quiroga
más rica y variada, alejada de la austeridad de mediados de los 60. Para los acompañamientos se rodeó de los músicos con los que compartió sus giras de los últimos diez años años, como Piraña, Antonio Sánchez y Alain Pérez, protagonista de la canción que cierra el disco, Señorita, donde el bajista cubano consigue fundirse plenamente con la pasión que exige la copla.
María de la O, la canción bandera de Marifé de Triana; Ojos verdes, donde los arreglos con bajo eléctrico poten-
cian el sabor caribeño de la pieza; Romance de valentía; La chiquita picone
ra; Zambra gitana, donde irrumpe la voz rota de Parrita en un sentido homenaje a Manolo Caracol; Quiroga por bu
lerías, una selección de los grandes cuplés compuestos por el maestro sevillano en el que se alternan la felicidad de
Lola la Piconera con el intimismo de La Ruiseñora, perlan el testamento artístico que deja Paco de Lucía.
El remate emocional se encuentra en Te he de querer mientras viva, una canción de León y Quiroga que, aunque no fue escrita para Marifé de Triana, ella se la apropió y la convirtió en diamante de su carrera , una obra construida con aire de zambra estrenada en 1958. Aquí Paco de Lucía cede la voz a Estrella Morente y dedica el resultado a su esposa Gabriela.
Su hermano Pepe, compañero artístico del guitarrista en ocasiones, destacó durante la presentación oficial del disco: “Paco se implicó en este proyecto por lo que más quería en el mundo: su madre, su pueblo y la canción andaluza”. La fotografía de la portada es de Gabriela Canseco, viuda del artista. En septiembre se estrenará el documental que sobre la vida de Paco de Lucía firma su hijo Curro, y en el que están presentes los grandes músicos mundiales que compartieron escenario con el algecireño. Al frente de ellos, como no podía ser de otra manera, Chick Corea y Carlos Santana.