Quemadas diez iglesias en Níger en una ola de disturbios contra Francia
Hollande defiende los “valores” del país ante las protestas por las nuevas viñetas
París. Corresponsal Manifestaciones contra Francia y la blasfemia del semanario satírico francés Charlie Hebdo agitan diversos países del mundo musulmán, desde Argelia a Ingushetia, en el Cáucaso Norte, y de Níger a Kuwait. Protestas contra un delito religioso que en Francia ni siquiera existe como tal y que es encuadrado en el marco general de las libertades que aportó el siglo de las luces, históricamente tan reciente.
Los diferentes tiempos y universos culturales en los que vive la humanidad en el siglo XXI se muestran con dramática fuerza. Mientras en Francia se habla de principios, unidad nacional y recuperar la normalidad, en las ciudades de Níger –la capital, Niamey, y en Zinder, segunda ciudad del país– se registraban, ayer y anteayer, cinco muertos, uno de ellos policía, en una serie de disturbios que incluyeron el incendio de una decena de iglesias y que obligaron a establecer medidas cautelares de protección a los residentes e intereses franceses en el país.
En la capital de Níger se incendiaron iglesias y la embajada francesa aconsejó a sus ciudadanos que no salieran de casa. La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que gritaban consignas como “Abajo los tricolores franceses”, “Abajo Francia” y “Abajo Charlie” frente a la principal mezquita de la ciudad. En Zinder, trescientos cristianos se refugiaron en un cuartel y otros setenta lo hicieron en una iglesia evangélica rodeada por la policía para evitar excesos, informaba ayer tarde la agencia Afp.
Diversos negocios franceses o confusamente asociados con Francia, por ejemplo quioscos con publicidad de la compañía de telecomunicaciones francesa Orange, fueron atacados y saqueados, así como distintos comercios de bebidas alcohólicas, dos locales de juego y diversos ve- hículos policiales. De paso se asaltaron las residencias particulares del ministro de Exteriores, Mohamed Bazaoum, y del presidente del partido del Gobierno, Para la Democracia y el Socialismo. En estos incidentes no se produjeron muertes.
El presidente de Níger, Mouhamadou Issoufou, participó el día 11 en la gran manifestación parisina por la libertad, en la que la contradictoria presencia de políticos, entre ellos grandes defensores de las libertades en Arabia Saudí, Turquía e Israel, fue un dato completamente marginal.
En Karachi la policía tuvo que defender también la sede del consulado francés y un fotógrafo local que trabajaba para un medio francés fue herido de bala gravemente, informó Le Monde. En otras ciudades pakistaníes como Islamabad, Lahore y Peshawar también se registraron protestas e incidentes callejeros.
En Dakar, la capital de Senegal, un millar de personas se manifestaron tras una pancarta en la que se leía: “No toques a mi profeta,” y “La libertad de blasfemar mata a la libertad de expresión”.
En Magaz, la capital de Ingushetia, en el Cáucaso del Norte, unas 15.000 personas participaron en una manifestación de protesta “contra las caricaturas del profeta, la islamofobia y el insulto contra los creyentes musulmanes”, con la bendición del presidente local, Yunusbek Evkurov. El presidente de la vecina Chechenia, Ramzán Kadírov, ha convocado una manifestación que se prevé masiva para el lunes en Grozny, capital de la república. En Gaza, los muros del Centro Cultural Francés aparecieron cubiertos de pintadas condenando al infierno a los “periodistas franceses”.
Desde el mercado de la localidad de Tulle, en el macizo central de Francia, François Hollande se refirió “a esos países que a veces no comprenden lo que es la libertad de expresión de la que están privados”, así como a otros a los que “ayudamos en la lucha contra el terrorismo y con los que quiero expresar mi solidaridad, al mismo tiempo que afirmo que Francia tiene sus principios y valores, entre ellos la libertad de expresión”.