La Vanguardia (1ª edición)

Tumbas anónimas para los hermanos Kouachi, autores de la masacre

- PARÍS Correspons­al

Tumbas anónimas acogen los restos de los hermanos Kouachi, autores de la masacre de la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo, el pasado miércoles 7 de enero. Saïd, el mayor de ellos, fue enterrado el viernes con nocturnida­d y vigilancia policial en uno de los cementerio­s de la ciudad de Reims, que ni siquiera se ha especifica­do.

“La ceremonia se desarrolló por la noche, con gran tranquili- dad y sin incidente alguno”, informó su abogado, después de que el alcalde de la ciudad confirmara la noticia. “A fin de que no se convierta en un lugar de indignidad, la tumba es anónima”, dijo el abogado en una entrevista televisiva.

Arnaud Robinet, alcalde de Reims, expresó días atrás su “rechazo” a albergar terrorista­s en los cementerio­s de su ciudad. “No quiero que sea una sepultura de mártir para cierta categoría de personas”, dijo el alcalde, miem- bro del principal partido conservado­r francés, la UMP.

Las cosas no han sido muy diferentes en Gennevilli­ers, la localidad del noroeste de París donde residía Chérif Kouachi, el menor y al parecer más activo de los hermanos. Patric Leclerc, alcalde comunista de Gennevilli­ers, ha tenido que tragarse su enérgica oposición a que Chérif fuese enterrado en el municipio y explica que no ha tenido más remedio que someterse a la ley francesa, que establece que los fallecidos deben ser enterrados bien en su distrito de origen, bien donde mueren, dejando la decisión en manos de los familiares. “No tengo elección, como todos los alcaldes habría preferido evitar enterrar a un terrorista en mi municipio, pero aplico la ley”, dice.

El ayuntamien­to de Gennevilli­ers recibió anteayer la solicitud de la esposa de Chérif Kouachi para que su marido y su cuñado fueran enterrados juntos en Gennevilli­ers, pero el alcalde Leclerc rechazó acoger a Saïd. “Saïd Kouachi era residente en Reims, así que no había ninguna razón para que fuera enterrado aquí”, ha dicho Leclerc, que tampoco ha querido desvelar la fecha del entierro.

En un comunicado, el Ayuntamien­to de Gennevilli­ers informaba que “el alcalde exige que la se- pultura sea anónima para prevenir cualquier riesgo de alteración del orden público”.

Aunque se desconocen detalles, en buena lógica también el tercer autor de los atentados de la semana pasada, Amedy Coulibaly, debería ser enterrado en la localidad en la que residía, Fontenay-aux-Roses, en el extrarradi­o del sur de París.

Coulibaly mantuvo unas horas como rehenes y luego tiroteó el viernes 9 de enero a los clientes y empleados de un comercio de comida kosher muy frecuentad­o por la comunidad judía, y acabó con la vida de cuatro de ellos. Previament­e, el joven había matado a una agente de policía municipal. Dos días antes, los hermanos Kouachi mataron a doce personas, once de ellas en la redacción del semanario Charlie Hebdo, y otra, un policía, en la calle.

“Habría preferido evitar enterrar a un terrorista en mi municipio”, dice el alcalde

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