El PSC confía en Pedro Sánchez la tarea de frenar a Podemos
Entre las cinco mil personas que asistieron el 21 de diciembre al primer acto de Pablo Iglesias en Catalunya, en un abarrotado Pabellón de la Vall d’Hebron que rugió con gritos de “¡presidente!” y “¡a por ellos!”, se infiltraron varios dirigentes del PSC. Querían realizar un apresurado análisis de la sociología del simpatizante catalán de Podemos y ver en directo al político que está revolucionando el mapa político español.
Esa primera toma de contacto generó sensaciones contrapuestas a los “espías” del PSC. Por un lado, preocupación al comprobar que muchos de los allí presentes habían sido “suyos” no hace tanto tiempo; también sorpresa ante la capacidad de movilización demostrada por un partido apenas recién fundado. Por otro, cierta tranquilidad al confiar en que Podemos es un “soufflé coyuntural” alimentado por algunos medios de comunicación que, si Pedro Sánchez logra construir una alternativa de gobierno, a la larga no les pasara excesiva factura en las urnas.
Este fue el análisis que destacados dirigentes del PSC trasladaron en la primera reunión de la comisión ejecutiva en el 2015 y que refuerza la apuesta estratégica de los socialistas catalanes por Sánchez, a quien ya han defendido públicamente frente a los cuestionamientos a su liderazgo que impulsan ciertos sectores del PSOE. Si la sintonía de Alfredo Pérez Rubalcaba con Pere Navarro acabó siendo más que buena tras unos pri- meros meses de desencuentros por la cuestión catalana, gracias en parte a la labor de Antonio Balmón y Elena Valenciano, no lo es menos la que mantienen ahora Miquel Iceta y el secretario general del PSOE.
“Necesitamos que el proyecto de Sánchez arranque para recuperar parte de nuestro voto metropolitano y evitar que acabe en Podemos y Ciutadans”, dice un dirigente del PSC. Los socialistas catalanes fían en el líder del PSOE, quien hoy participará en sendas “asambleas abiertas” en Viladecans y Tarragona, la misión de desactivar a Iglesias y, al mismo tiempo, de impulsar un proyecto federal de la Constitución que les permita presentarse el 27-S como genuinos representantes de una tercera vía real y posible frente al independentismo.