Turistas con mala fama
Las autoridades chinas quieren erradicar con un carnet por puntos la pésima reputación de sus ciudadanos cuando viajan al extranjero
Las autoridades chinas se han cansado de que los turistas de su país les saquen los colores a causa de su mala conducta. Una situación que cada vez es más común debido a que cada día son más los chinos que viajan al extranjero y son criticados por su comportamiento. Para poner fin a esta circunstancia, Pekín ha decidido crear una base de datos que dificulte viajar a los maleducados y faltos de escrúpulos.
La idea de los responsables de Turismo chino es que nunca más tengan que aceptar una queja como la que recibieron en el 2013 de las autoridades egipcias por el “Ding Jinhao estuvo aquí”, que escribió un adolescente chino en un bajorrelieve del templo de Luxor y que levantó ampollas.
Los responsables turísticos del gigante asiático han decidido poner en marcha una clasificación de buenos y malos turistas a partir del segundo trimestre de este año y a los que figuren en la lista negra se les dificultará viajar. El Gobierno chino confía que con la creación de este sistema de control la población mejorará su comporta- miento en los desplazamientos.
Según el director de la Administración Nacional de Turismo, Li Jinzao, el mecanismo consistirá en crear una base de datos que almacenará las referencias y las quejas de todos los viajeros chinos. Este archivo estará a disposición de las agencias de viajes, compañías de transportes y hoteles, con el objetivo de valorar a sus potenciales clientes y decidir si atienden o rechazan su petición.
Las protestas están relacionadas con el hecho de que los chinos son ya el principal colectivo de viajeros del mundo, superando a los estadounidenses y a los alemanes. Las quejas por su mala conducta, sumada en ocasiones a una actitud arrogante, que raya la mala educación, son cada vez más usuales.
En el 2013 fue la chiquillada de un adolescente que quiso de- jar la huella de su paso por Luxor. Después, estalló la polémica cuando una pareja de la China continental permitió que su hijo de dos años defecara en una acera de la ex colonia británica de Hong Kong.
En los últimos tiempos, sin embargo, los casos de mala educación y de mal comportamiento se han convertido en cotidianos. Hasta el punto que en su reciente viaje a India, el presidente Xi Jinping instó a sus conciudadanos a comportarse mejor.
Unas sugerencias con las que pretende evitar que se repitan los incidentes como el de una joven turista china que causó quemaduras a una azafata tailandesa de Air Asia al arrojarle un vaso de agua caliente tras una discusión o el de cuatro chinos que amenazaron con poner una bomba en un aparato y lanzaron una sopa hirviendo al personal de cabina tras una disputa menor.
Los cuatro han pasado a engrosar una lista negra para evitar que vuelvan a viajar y el guía que les acompañaba ha visto cancelado por un año su permiso de trabajo. O el de unos pasajeros que abrieron las puertas de emergencia del avión para protestar por el retraso en despegar.
El año pasado, un adolescente chino hizo una pintada sobre un bajorrelieve egipcio de Luxor