Hacer de lo retro algo ‘cool’
Mark Ronson es un malabarista sonoro, experto y hábil en transitar por fronteras estilísticas, en donde cualquier exceso o comedimiento precipita el vulgar pastiche y el ridículo. Él ha sabido una vez más evitar el tropezón, y Uptown special es una nueva muestra, vistosa y muy bien ejecutada de su capacidad para reinventar músicas. Ronson, convertido en uno de los productores con mayor éxito y elogio de los últimos años, como avalan sus sobresalientes trabajos con Amy Winehouse, Adele, Lily Allen, Robbie Williams o incluso Paul McCartney, atesora la gloriosa paradoja de que nada de lo que ha creado o ayudado a crear pueda tildarse de verdaderamente original o personal.
Su mayor seña de identidad so- nora ha sido y es su magnifica habilidad y a ratos genialidad de manejarse con las estilísticas retro, y reconvertirlas en algo actual. Para ello recurre a las actuales tecnologías de grabación y a músicos casi alquimistas, en esta ocasión gente de Tame Impala o de Miike Snow. Coge esas rítmicas y melodías que destilan nostalgia y las transforma en un muestrario de música pop asequible y cool. El single Uptown funk lo demuestra: es ya número uno con la voz de Bruno Mars. y un revisión del funk ochentero trasmutado al presente. Y su olfato topa también con Chaka Khan, Michael Jackson, Cameo o Sugarhill Gang. La novedad en este álbum es que para las letras de casi la mitad del repertorio ha recurrido al novelista Michael Chabon, con resultado quizás mejorable.