Un invitado que dé miedo
El Barça necesita borrar en Riazor sus dudas a domicilio y afianzar su repunte
En los estadios de la Liga al Barça no se le recibe como a Sidney Poitier en Adivina quién viene es
ta noche sino más bien como al míster Marshall de Berlanga. Eso dura hasta que el balón se pone a rodar. Sin embargo, de aquí al final del campeonato como visitante el conjunto de Luis Enrique deberá parecerse más a Atila el huno que a la versión irregular de este inicio de temporada si quiere dar caza al Madrid en el liderato. Que asuste, que intimide, que ponga los pelos de punta y haga temblar como un flan. Empezando hoy en Riazor, donde quiere apagar las penas, confirmar la reacción y enterrar las dudas.
Porque hasta la fecha, el Barça sólo en dos de las nueve salidas que ha realizado ha ganado por más de un gol: 0-5 al Levante y 0-2 al Rayo. En el resto de desplazamientos a los blaugrana les ha tocado sufrir. Unas veces para ganar sobre la bocina (Vila-real, Almería y Mestalla), otras para terminar empatando a nada (Málaga y Getafe) y las peores para recibir dos golpes durísimos, como en el Bernabeu o Anoeta. La derrota de Donosti hizo tambalear los cimientos del club, desde la directiva a la secretaría técnica, del banquillo al vestuario.
El Barça aplasta en el Camp Nou, como comprobaron el Atlético y el PSG. Los partidos grandes motivan al equipo, que cuando se enchufa es temible. Pero flojea lejos de su afición, donde no gana en la Liga desde noviembre. A domicilio, todo cuesta más y sus defectos salen todos a la luz por falta de clarividencia y efectividad. Algo que debe cambiar pues lleva dos partidos sin poder marcar. En los últimos cinco títulos de Liga conquistados, con Vilanova, Guardiola y Rijkaard, el Barcelona sumaba más de los 17 puntos que ha conquistado ahora con el técnico asturiano tras nueve desplazamientos. Es decir, que la frase “en los campos pequeños es donde se ganan las Ligas” es un tópico pero no por manida contiene menos verdad.
“Este deporte es maravilloso porque no siempre gana el mejor. Claro que es más difícil jugar fuera porque existe el factor público que puede influir, el factor campo que siempre afecta... Lo que no cambia es que el Barça sale a por el partido tanto en casa como fuera. A veces tiramos más o menos a puerta pero la idea de ganar la tenemos cada jornada”, razonó Luis Enrique.
A las dificultades habituales –rival encerrado por detrás del balón y pocos espacios para pensar–, el Barcelona se encontrará hoy un enemigo nuevo: el estado del campo, que por la climatolo-
A LA MITAD DE LA LIGA “El balance de la primera vuelta es positivo; aún podemos ganarlo todo y perderlo todo”
gía y la lluvia no ayudará. Por eso, esta vez el entrenador no piensa en dar ninguna concesión desde la alineación, algo que se le giró en su contra en Anoeta hace dos semanas. El tridente Messi, Neymar y Suárez ya descansó el jueves, al no viajar a Elx.
Ni siquiera el duelo copero contra el Atlético le hace plantearse el once. “A mí me interesa el partido del Deportivo. Ya tendremos días para hablar del Atlético. Haremos el equipo más adaptado para el partido”, concedió. Además, Luis Enrique recordó a sus jugadores la importancia de sumar de tres en tres fuera de casa. “Por la posición en que estamos en la clasificación –segundos–, tenemos la obligación de ir a ganar todos los partidos”. Sin olvidarse del entorno, ahora calmado por el triunfo contra el Atlético. “En cuanto perdamos o empatemos habrá de nuevo fiesta”.
Sin embargo, la lectura del técnico al cierre de la primera vuelta es otra. “El balance es positivo. El objetivo que teníamos era llegar a marzo en disposición de ganar la Liga. En enero están las eliminatorias de Copa y en febrero de Champions, que o pasas o quedas fuera. Podemos ganarlo todo y también perderlo”. La verdad está ahí fuera.
EL ENTORNO CALMADO El técnico no cree en la tranquilidad: “En cuanto perdamos o empatemos volverá la fiesta”