Coma ya se codea con los mitos del desierto
El de Avià consigue su quinto tuareg e iguala a Despres y Neveu
La leyenda de Marc Coma sigue creciendo. Doce ediciones disputadas del Dakar, seis en África y seis en Sudamérica, y cinco estatuillas del tuareg colecciona ya el piloto de Avià (2006, 2009, 2011, 2014 y 2015), que a sus 38 años debe ser considerado uno de los más grandes pilotos de rallyraids. Con su triunfo, sufridísimo, certificado ayer en Baradero, tras más de 9.000 km en 13 días por Argentina, Bolivia y Chile, Coma ha entrado en el selecto club de los mitos del Dakar en motos, junto a los dos Cyril, Neveu y Despres (5), y Stéphane Peterhansel (6), su próximo reto... si no se pasa al volante.
“Antes de plantearme igualar a Peterhansel quiero disfrutar, no quiero tomar decisiones en ca- liente”, comentaba Coma a Catalunya Ràdio al final de la última especial, en la que acabó 5.º. Como ya había confesado a La Vanguardia antes de viajar a Buenos Aires, su intención es dar el salto a las cuatro ruedas, como ha hecho este año Cyril Despres. “Pero no me quita el sueño. Es cierto que tengo 38 años, que llevo 12 Dakar en motos y que me veo con fuerza y capacitado para continuar en las dos ruedas, pero me gustaría correr en coche”.
Seguramente será menos sufrido que el durísimo Dakar 2015, en el que Coma y los otros 164 pilotos de motos han tenido que sobrevivir a jornadas dantescas de calor asfixiante a 42ºC, de frío, de lluvia, de barro... Al final, sólo alcanzaron la meta de Buenos Aires 79 competidores, un 48% de los que empezaron (164).
Para Marc, la ausencia de su gran oponente, Cyril Despres, con quien se había repartido los últimos nueve tuareg, no ha supuesto ninguna facilidad. Al contrario. Como ya intuía antes de partir, los nuevos rivales, los pilotos de Honda, le han complicado aún más el triunfo: Joan Barreda fue líder hasta la 8.ª etapa, cuando sufrió una odisea en el salar de Uyuni, la jornada más salvaje, con frío, lluvia y la sal destrozando las mecánicas; y Paulo Gonçalves tomó el relevo presionando a Marc en la segunda parte del rally, le pisó los talones (llegó a estar a 5m) hasta que una sanción de 15 minutos por cambiar el motor (11.ª etapa) alivió a Coma.
“Joan y Paulo me lo han puesto muy difícil. El nivel ha sido altísimo. Esto también le da valor a la victoria. La gente se pensaba que sin Cyril podía ser más fácil para mí, y para nada lo ha sido. Quiero felicitarles también. No han tenido ese puntito de suerte que yo sí he tenido. Los dos pueden ganar el Dakar en un futuro”, decía Marc con deportividad.
Su victoria la construyó en la solidez, en la perseverancia y en la gestión inteligente. No le ha hecho falta ser el más rápido ni ganar muchas etapas (sólo una, la 5.ª), sino mantenerse delante (fue cuatro veces segundo y dos tercero), controlando a Barreda, y conservando los neumáticos y el motor, sobre todo a raíz del susto de la 2.ª etapa, en la que el neu-
SUFRIDO Y MERECIDO “Joan y Paulo me lo han puesto muy difícil; la gente pensó que sin Cyril sería fácil, y para nada”
mático casi le cuesta el rally. Perdió más de 12m con Barreda, y desde entonces tuvo que atacar.
“Estoy contento y orgulloso. Ha sido un rally durísimo, como es habitual. Tuve que sobreponerme al problema del segundo día, eso me retrasó y me obligó a cambiar la estrategia, a empujar y atacar para recuperar. Las etapas maratón iban a ser claves y así lo han sido. Gestionarlas ha sido la clave. Contento con el equipo y con la gente que hay alrededor”, como Jordi Viladoms, que le asistió en la dantesca etapa de Uyuni.
En seis ediciones sudamericanas, Coma ha ganado cuatro. En las 12 participaciones en el Dakar ha logrado 25 victorias de etapa. Además, ha sido seis veces campeón del mundo de rallies todo terreno (2005, 2006, 2007, 2010, 2012 y 2014), lo que le convierte en uno de los mejores pilotos.
Su relevo natural, Joan Barreda, fue su gran rival. Por la avería en la 8.ª etapa perdió más de 4 horas, el liderato y sus opciones, después de haberse impuesto en 4 jornadas y liderado las 7 primeras. “El año que viene intentaré ganar el Dakar. Tengo todo lo que necesito, pero hay que tener ese punto de suerte y de templanza en las situaciones complicadas para que no se repita más”.
GESTIÓN Y SUERTE “Gestionar fue la clave”, decía Marc, que admitía “un puntito de suerte” que le faltó a Barreda