La depreciación del euro tira de las exportaciones y favorece el turismo
El principal riesgo es un repunte súbito del precio del petróleo
La depreciación del euro tiene dos caras: beneficia a los exportadores de productos porque sin hacer nada pueden vender más barato y, al mismo tiempo, perjudica a los importadores porque gastan más euros en comprar lo mismo fuera del país. El euro se cambia actualmente a 1,16 dólares cuando a mediados del año pasado estaba en 1,40. Esta situación significaba que mientras antes comprar un producto valorado en 100 euros a un estadounidense le costaba 140 dólares, ahora le cuesta 116. Ha conseguido un ahorro de 24 dólares sin moverse de la oficina.
Anna Olaya, del servicio de estudios de Catalunya Caixa, dice que “en el caso concreto de España, la depreciación del euro ha provocado un impulso de las ventas extracomunitarias, que, según datos del Ministerio de Economía publicados el viernes, muestra que han crecido en un 8,1% interanual en noviembre, frente a la contracción del 6,3% registrada el mismo mes del año anterior e incrementando su cuota sobre las exportaciones totales en dos puntos porcentuales, hasta el 35,3%”.
En opinión de Olaya, “esta mejora de las exportaciones puede acabar creando más empleo, en un contexto de mayor competitividad de las empresas españolas, tanto a nivel interno como por factores externos”. El problema es que esta situación debería prolongarse en el tiempo para que tuviera un efecto más profundo en la economía. “Para que las empresas tomen decisiones como relocalizar centros de producción, cambiar proveedores o decidirse a abrir otros mercados fuera de Europa esta situación debería ser bastante estable a medio-largo plazo”, según Toni Rami, cofundador y director de operaciones de Kantox.
María Jesús Fernández, economista de Funcas, dice que el efecto de la depreciación del euro “es positivo pero muy escaso”. Fernández no cree que tenga impacto sobre los ciudadanos porque los únicos que aumentan los már- genes son los exportadores.
El profesor de Esade, Jordi Fabregat, sí que considera que la bajada del euro favorece las exportaciones pero avisa de que “las exportaciones tienen un tope y España está cercana a su límite después del fuerte crecimiento experimentado en los últimos meses”. En cambio, Olaya cree que al incrementarse el coste de las importaciones, los ciudadanos pueden aumentar el consumo de los productos nacionales.
En el lado de los efectos negativos, uno de los más destacados –explica el analista de Afi, Matías Lamas– es el aumento de los costes del petróleo. Al cotizar en dólares, si el euro se deprecia se necesita destinar más dinero a comprar un barril de petróleo. Lamas matiza que con la bajada tan pronunciada del precio del crudo
EFECTO DEL CRUDO La fuerte caída del petróleo, que cotiza en dólares, ha compensado la depreciación del euro
en los últimos meses se ha compensado la depreciación del euro. Toni Rami añade que “mientras los precios del petróleo sigan bajando no lo notaremos mucho pero si vuelven a subir habrá que prepararse para una gasolina prohibitiva”.
Otra de las consecuencias para los consumidores –explica Rami– es que “sin duda, ir a esquiar a los alpes suizos se ha vuelto un auténtico lujo y este verano vamos a ver mucho más turismo intraeuro que nunca. También podemos esperar un turismo con mayor poder adquisitivo”.
Y en cuanto a las perspectivas de futuro, Olaya cree que “la tendencia del euro para los próximos meses podría seguir siendo a la baja, atendiendo a los diferentes hitos que nos presenta 2015”. La evolución dependerá del resultado de las elecciones griegas la semana próxima y de las españolas a final de año. Por contra, sentencia esta experta, “la economía de Estados Unidos se encuentra en un estadio de crecimiento sólido y en un periodo de tiempo no excesivamente largo se podrían empezar a incrementar sus tipos de interés”.
MERCADO INTERIOR Con importaciones más caras, el consumo de productos nacionales puede crecer