El franco suizo hoy está sobrevalorado, según el BNS
Para la autoridad helvética, una decisión gradual era imposible
El director general del Banco Nacional de Suiza (BNS), Thomas Jordan, estima que “el franco suizo está hoy claramente sobrevalorado frente al euro y al dólar”. A su juicio, la reacción inmediata que han tenido los mercados financieros a la decisión de abandonar el tope de 1,2 francos por 1 euro “ha sido excesiva”.
“Estamos observando importantes excesos en las cotizaciones actuales, tras la decisión del jueves”, ha declarado Jordan en una entrevista difundida ayer por los rotativos suizos Le Temps y Neue Zürcher Zeitung. Se muestra convencido de que los mercados encontrarán progresivamente un nuevo equilibrio, “aunque ello puede llevar un cierto tiempo”, añade, precisando que el BNS era plenamente consciente de que su inesperada decisión podía tener un fuerte impacto. ¡Y vaya si lo ha tenido! La preocupación puesta de relieve, no sólo por la caída de la bolsa suiza y por la tormenta en el mercado de divisas, sino por los empresarios suizos y por multitud de agentes financieros, empresas y particulares extranjeros ha aconsejado a la autoridad monetaria dar una rápida explicación en dos publicaciones del país, una francófona y otra germana. Jordan afirma entender perfectamente “los interrogantes, críticas y reclamaciones” que se hacen. Sin embargo, dice que “no sirve de nada lamentarse de las consecuencias de una decisión de la que estamos convencidos que es correcta. Ahora bien, se trata de explicarla”.
Previamente, advierte que mantener el secreto de una decisión de este calibre era algo crucial, ya que, si no hubiera habido sorpresa, “habríamos abierto la puerta a los especuladores”. Además, explica que una eliminación gradual del tope era imposible, ya que “no habría resuelto el problema fundamental de la divergencia de las políticas monetarias... En poco tiempo hubiéramos estado de nuevo en la línea de salida”.
La razón de fondo que plantea Jordan en la entrevista, después de gastar millones en mantener el cambio, parece razonable. De entrada, “el contexto monetario de 2015 no tiene nada que ver con el de 2011, cuando adoptamos la medida”. Y recuerda que entonces ya se definió esta medida como un hecho “excepcional y de duración limitada”.
Precisamente, “la divergencia actual de las políticas monetarias en las grandes regiones es la causa principal del abandono del tope instaurado entonces, ya que para mantenerlo hay que recurrir a importantes intervenciones en el mercado”. Con respecto a las mismas, dice que “el volumen de las intervenciones solo se puede justificar sobre la base de una serie de consideraciones económicas que aconsejen hacerlo y hoy ya no existen”. Y sentencia, “si el BNS hubiera mantenido esta política, corríamos el riesgo de perder el control de la política monetaria a largo plazo... y con ello toda credibilidad”.
Se dirige directamente a las empresas al afirmar que “éramos conscientes de las dificultades que esta decisión les crearía”. Por ello, cree que “es muy importante que la economía no sobrerreaccione y sea capaz de analizar a fondo la nueva situación que se ha creado”. En esta línea, destaca que la economía helvética está hoy en una situación mucho mejor que en el año 2011 cuando se instauró el tope. “Hemos salido de una gran crisis. Con el tope nos hemos dado tres años para adaptarnos, lo que no es un plazo desdeñable”, precisando que el crecimiento de la economía suiza ha sido relativamente bueno el año anterior.
“Si hubiéramos mantenido el tope, corríamos el riesgo de perder el control de la política monetaria”