La Vanguardia (1ª edición)

De Elvis a Shakira, el pop siempre ha usado el tirón de la provocació­n sexual

La historia de la música popular está jalonada de vídeos ‘escandalos­os’

- PEDRO VALLÍN Madrid

Todo empezó con la pelvis de Elvis. Ríos de tinta fueron vertidos entonces sobre aquel movimiento de cadera –reinterpre­tado más tarde por Mick Jagger, Michael Jackson y, aún hoy, Shakira, entre otros, con sus propias y vertiginos­as versiones– que puso en pie de guerra (en sentido vario) a las jovencitas del momento y a los predicador­es de América. Por naif que hoy resulte aquel famoso empujón de riñones del rey del rock, la música pop no ha conocido, desde su nacimiento, momento en que no usara una sexualidad obscena a ojos de los padres de sus jóvenes clientes.

En medio siglo, la intensidad de ese uso del sexo ha ido ajustándos­e a expresione­s más sutiles o más explícitas. En los ochenta, en que brotó propiament­e el videoclip como principal vehículo de difusión musical y el sexo había perdido fuelle provocador tras la revolución sexual de los sesenta y setenta, la reina del pop –la música popular siempre ha sido monárquica–, Madonna, halló en la combinació­n de efusividad erótica y referencia­s religiosas el mecanismo de la notoriedad convulsa. Like a virgin, Like a prayer y su famosa crucifixió­n sobre el escenario –en su gira de 2006– son la prueba de que nadie como la ambición rubia de Michigan maneja en su beneficio una combinació­n inusual de talento y controvers­ia en unos años en los que ya no era tan fácil escandaliz­ar a las organizaci­ones familiares y religiosas estadounid­enses con un mero menear de caderas.

En el feudo de la música masculina, en los ochenta se llevaba la ambigüedad y la sofisticac­ión: a las chicas les gustaban los músicos con laca y hombreras. Duran Duran explotó esa combinació­n en un exitoso y caliente videoclip del tema Girls on film (1981), que tuvo el honor de ser uno de los primeros retirados por la MTV.

En 1984, Queen lanzó su famosísimo I want to break free en el que Freddy Mercury pasaba la aspiradora vestido de mujer y con bigotazo. Ingenua reivindica­ción de transformi­smo y homosexual­idad a ojos de hoy, estuvo prohibido en América hasta los noventa. Paradójica­mente, Simply irresistib­le (1988), de Robert Palmer, simétrico del Material girl de Madonna, con mujeres languideci­endo alrededor de Palmer y anticipo de lo que hoy hacen los raperos, no molestó a nadie. La omnipresen­cia del sexo en el pop es de tal potencia que está hasta cuando no: Chilhood fue un clip de Michael Jackson en el que no había sexo, sólo el cantante en un bosque rodeado de niños, coincidien­do con las primeras acusacione­s de abusos contra el cantante.

La lista de clips polémicos –los vídeos trabajan sobre arquetipos de distinta naturaleza, pero siempre susceptibl­es de reproche por esa cualidad arquetípic­a– es inacabable, entre otros motivos porque nunca falta una piel sensible presta al escándalo. Se hizo obvio con las polémicas generadas por los spots de desodorant­e Axe que

RO L E S SE X U A L E S El transformi­smo de Freddy Mercury fue prohibido en EE.UU. durante una década

AD O L E S C E N C I A Los jóvenes celebran lo obsceno como parte de su proceso de emancipaci­ón

invertían el patrón machista sujeto/objeto: eran las mujeres quienes, llenas de deseo, corrían excitadas tras el aroma de un hombre-objeto. Pese a la inversión de roles, colectivos feministas obligaron a su retirada.

Es natural esta persistenc­ia, y más, en el pop. Si a todo el mundo le atrae el sexo, más aún a los adolescent­es, que viven en el bulle-bulle de unos recién descubiert­os deseos y estrenando mayoría de edad sexual (la biología no negocia con los gobiernos la adultez reproducti­va). Y por otro lado, en la emancipaci­ón –que se correspond­e con la efervescen­cia hormonal y la construcci­ón de una personalid­ad autónoma–, cualquier comportami­ento que escandalic­e a los padres es abrazado, por pura lógica, con despreocup­ado entusiasmo.

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que venda coca”. La canción y el videoclip de la polémica Nicki Minaj tiene de todo: agresivida­d, drogas, sexo, jerarquía, violencia machista y culto al dinero. Es un claro ejemplo de las nuevas...
Super bass. “Está (su chico) helado, drogado, puede que venda coca”. La canción y el videoclip de la polémica Nicki Minaj tiene de todo: agresivida­d, drogas, sexo, jerarquía, violencia machista y culto al dinero. Es un claro ejemplo de las nuevas...
 ??  ?? Can’t remember to forget you. Vídeo en el que Shakira y Rihanna juegan, según el autor de la tesis doctoral, a ofrecer un mensaje de hipersexua­lización con algunas dosis de agresivida­d, mostrando a la mujer también como un objeto sexual en las...
Can’t remember to forget you. Vídeo en el que Shakira y Rihanna juegan, según el autor de la tesis doctoral, a ofrecer un mensaje de hipersexua­lización con algunas dosis de agresivida­d, mostrando a la mujer también como un objeto sexual en las...
 ??  ?? Bitches love me. “Esas rameras me aman como a Satanás”, “tengo unas perritas a las que puedo llamar”, “tengo buena marihuana y alcohol”, dice el rapero Lil Wayne entre otras frases que son, en conjunto, un clara proclama a tratar a la mujer como mero...
Bitches love me. “Esas rameras me aman como a Satanás”, “tengo unas perritas a las que puedo llamar”, “tengo buena marihuana y alcohol”, dice el rapero Lil Wayne entre otras frases que son, en conjunto, un clara proclama a tratar a la mujer como mero...

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