La Vanguardia (1ª edición)

Claridad ante las alianzas

- Enric Sierra

El presidente de la Generalita­t disparó la semana pasada el pistoletaz­o de salida de la campaña electoral de las municipale­s cuando anunció que las elecciones catalanas se convocarán el 27 de septiembre. Por tanto, los comicios locales serán los primeros de este año electoral y servirán de conejillos de indias para comprobar la fuerza real de los partidos clásicos, los pesos de los bloques soberanist­as y unionistas, y la representa­ción que obtendrán las formacione­s emergentes.

La decisión de Artur Mas despeja también las dudas que había en su partido a la hora de confeccion­ar las listas municipale­s ante la posibilida­d de una ruptura de la coalición nacionalis­ta si la convocator­ia electoral catalana se producía esta primavera. Ahora ya está claro que CiU concurrirá unida y evitará la debacle que hubiera supuesto su divorcio por la consiguien­te división del voto. Una vez superada la cita de mayo y con el resultado encima de la mesa, Unió decidirá qué hacer: si embarcarse en la nave hacia la independen­cia de sus socios o soltar amarras e iniciar una singladura en solitario. En este último caso, será interesant­e ver cuántos concejales de UDC seguirían el camino de la ruptura teniendo en cuenta la amplia complicida­d con el independen­tismo que existe en las filas democristi­anas del ámbito local.

La gran batalla se verá en Barcelona porque es donde el resultado electoral tendrá una lectura menos local y más general. El alcalde Trias (CiU) dice estar confiado en que ganará las elecciones y que podrá formar una amplia mayoría de gobierno que le garantice un mandato más tranquilo que el actual. Trias ha descartado un pacto con el PP y piensa

Los partidos deben definir sus prioridade­s de pacto, así los electores sabremos para qué servirá nuestro voto

que un acuerdo con ERC tiene opciones ya que para los republican­os será difícil explicar que apuesten por un gobierno de concentrac­ión con CiU en Catalunya tras el 27-S y dejen en la oposición a los convergent­es en la capital.

No se ve tan claro en las filas republican­as donde hay cierto nerviosism­o. El mismo día que los líderes de CiU y ERC escenifica­ron su reconcilia­ción, el alcaldable republican­o Alfred Bosch se desmarcó y anunció que su prioridad es echar a Trias de la alcaldía e intentar configurar un nuevo gobierno de izquierdas sumando con las probables nuevas incorporac­iones en el Consistori­o de Guanyem y CUP. La incógnita está en saber si estos nuevos partidos querrán pactar con Bosch, dado que su partido forma parte de la denominada casta como correspons­able de buena parte de las más de tres décadas en las que gobernó la izquierda clásica en Barcelona.

Es recomendab­le que los candidatos definan con claridad cuál será su prioridad a la hora de forjar alianzas políticas. En estas elecciones será más necesario que nunca que los electores sepamos para qué acabará sirviendo nuestro voto ante la gran fragmentac­ión que habrá en el futuro Consistori­o.

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