La innovación vuelve a la pasarela
La diseñadores arriesgan en las colecciones de moda masculina presentadas en Milán
Con tanta moderación como sutileza, los creadores italianos van incorporando a sus colecciones la innovación a la que habían renunciado conscientemente en los peores tiempos de la crisis. Decían entonces que era momento de apostar por los valores seguros, por la calidad de prendas que definen el estilo más que una moda. Pero parece que los repuntes de la economía empiezan a despertarles la imaginación y las ganas de renovar el armario masculino.
Tanto Bottega Veneta como Salvatore Ferragamo en la mañana del domingo optaban por combinar los clásicos con prendas mucho más distendidas y juveniles. Al contrario, Donatella Versace parece haber moderado su discurso en un desfile ambientado con andamios de tubos de acero, algunos formando la efigie de la medusa marca de la casa, en el que sólo unos leggins de punto de lana respondían a su empeño de revolucionar el vestir masculino con elementos demasiado rompedores que era mucho más evidente en anteriores desfiles. Lo cierto es que resultaban tan poco favorecedores y masculinos como los jerséis largos que los acompañaban. El resto era asumible por un amplio sector de hombres que quieren seguir siendo elegantes sin resultar clásicos.
Algo parecido es lo que pretende Tomas Maier con su propuesta para Bottega Veneta, aunque asumiendo riesgos, como los pantalones inspirados en los de chán- dal, en pana o punto, con goma a la cintura y algo caídos, en pana y otros tejidos igualmente confortables. Son informales, pero consigue que no desentonen combinados con americanas de corte tradicional. Otros, por el contrario, son estrechos y llegan a la cintura, para llevarlos con camisas poco convencionales y cazadoras cortas. Los tejidos con lavados y tratamientos técnicos para darles aspecto de usados llaman tanto la atención como el colorido, en que sobresalen el rosa, amarillo, verde, entre los tonos oscuros pro- pios de la estación, y no en camisas o jerséis, sino sobre todo en americanas y pantalones, aunque la elegancia no se pone en entredicho, ya que nunca los propone como total look.
No es tiempo de corbatas, pero ¿quién las necesita si lo que se lleva son los jerséis de lana gruesa y de cuello vuelto? Sí están en tendencia los abrigos a la rodilla, las parkas, chaquetones y cazadoras. Pero no se limita Massimiliano Giorneti a vestir al hombre con envolventes cárdigans y parkas de punto, innovadoras dentro de la tradición, sino que va más allá posicionando bonitos estampados de pájaros en pleno vuelo a un lado de la espalda de chaquetas y abrigos o con visibles aplicaciones de telas formando el rostro de un tigre o una piel de cebra. Todo sin perder esa elegancia intrínseca en una marca que, como se está viendo estos días en Milán, ya no se dirige a un hombre de una determinada edad y posición social, sino que hace del eclecticismo una filosofía.
Ocurre también con Calvin Klein, que, pese a tener su origen en Estados Unidos, cuenta con un director creativo y carácter italianos. Pequeñas manchas de origen indeterminado, que derivan hacia las de leopardo, son un motivo recurrente en la colección que firma Italo Zucchelli, casi toda en gris. Son sutiles, en dos tonos y con textura, en los primeros trajes y abrigos, para hacerse más visibles en prendas en tejidos de lana que de lejos muestran claramente las manchas de leopardo y de cerca aparecen como un jaspeado. Finísimas camisetas de cachemir contrastan con jerséis gruesos en jacquard con distintos dibujos, que contribuyen a que las prendas de un material acharolado resulten aún más contemporáneas.
Ausencia de corbatas a causa de la profusión de jerséis de lana gruesos y de cuello vuelto