De los aviones a los implantes
Phibo factura 33 millones, un 43% más, y abrirá producción en Colombia y México
Phibo se define como el principal fabricante de implantes odontológicos y prótesis dentales de España. Está en Sentmenat (Vallès Occidental), emplea a 271 personas, cerró el 2014 con unas ventas superiores a 30 millones de euros y está en plena expansión internacional.
La empresa la fundaron los hermanos Juan Carlos, Miguel y Francisco Javier García Sabán; su padre, ingeniero aeronáutico, tenía una empresa de reparación de estructuras de aviación ligera, AeroCel (“como un taller de chapa de aviones”) en Sabadell. Dos hermanos trabajaban allí, y el mayor, Francisco Javier, es odontólogo. “En 1989 nos empezó a hablar de las posibilidades de fabricar un sistema de implantes”. explica Miguel Ángel García. Y en 1994 los tres hermanos fundaron Implandent, y poco después vendieron la empresa aeronáutica: “Hubiéramos querido fabricar ultraligeros. Pero ese es un mercado complicado y pequeño, y apostamos por el de los implantes, que tiene más recorrido”.
“Tuvimos como referencia a las multinacionales del sector, que son gigantes cotizados en bolsa. Pero quisimos diseñar un sistema de implantes de igual calidad a precio inferior, a través del diseño y la innovación”. El producto no salió al mercado hasta cuatro años después, en 1998. En los primeros años acumularon una inversión superior al millón de euros, asegura García. En el 2000 ya facturaron 1,5 millones y “empezamos a registrar beneficios y no hemos dejado de crecer”. “Nunca dudamos del proyecto, pero siempre hay momentos complicados: cuando no te conoce nadie, cuesta incluso contratar a comerciales. Y en este país siempre parece que lo que viene de fuera es mejor”, reflexiona Miguel Ángel García.
En el 2011 la compañía se transformó en Phibo y definió su plan de internacionalización. “En el 2008 habíamos abierto filiales en Italia y Portu- gal, pero vimos que necesitábamos una ventaja competitiva”. Entonces iniciaron el proyecto Sinergia de fabricación de estructuras de prótesis diseñadas por ordenador: una tecnología basada en el escáner intraoral que transmite a Phibo la información para fabricar la estructura de la pieza, a la que luego el protésico da el acabado final. El grupo asegura que ha invertido en su proyecto Phibo Cad Cam más de 20 millones de euros.
Con sede en Sentmenat desde el 2002, el grupo facturó en el 2014 “casi 33 millones de euros”, dice García, un 40% más que el año anterior. Y ahora pisa el acelerador en su internacionalización: “Hemos abierto filiales en Alemania, Holanda, Francia, Dubai, Colombia, Chile y México”. Este año prevé abrir un centro de producción en Colombia para el mercado latinoamericano, y en el 2016 uno en México de cara a su entrada en Estados Unidos, que requerirán “una inversión de tres millones cada una”.
“En el 2015 llegaremos a cincuenta millones, y en el 2016, a setenta. Y no sabemos dónde está el techo”. García añade: “Estamos valorando alguna adquisición, y nos gustaría salir a cotizar a bolsa”.
El grupo ha invertido 20 millones en un sistema de fabricación digital de prótesis dentales