El ‘overbooking’ republicano
La proliferación de aspirantes a las presidenciales del 2016 evidencia la crisis de liderazgo
Sólo faltaba que Sarah Palin respondiera “estoy seriamente interesada” (en la candidatura republicana a las presidenciales del 2016) para constatar el insólito overbooking de aspirantes que se postulan a la nominación republicana, una treintena, y que pone de manifiesto la crisis de liderazgo que atraviesa la derecha estadounidense y las dudas sobre qué rumbo político-ideológico ha de tomar el partido Republicano (GOP) para asegurar la victoria.
La renuncia el pasado viernes de Mitt Romney, el candidato que perdió contra John McCain en las primarias de 2004 y contra Obama en las presidenciales del 2012 ha sido hasta ahora la única contribución a aclarar algo el panorama en beneficio de Jeb Bush, el exgobernador de Florida, hijo y hermano de ex presidentes.
De momento han creado plataformas o comités para recaudar fondos y recabar apoyos ocho gobernadores o ex gobernadores, cuatro senadores y dos profesionales sin responsabilidad política ejecutiva o legislativa. Con esta proliferación, las bases republicanas están tan divididas e indecisos que ninguno de los postulantes más considerados supera en los sondeos a la más que probable candidata demócrata Hillary Clinton, precisamente en un momento de horas bajas que atraviesan los demócratas después de la severa derrota sufrida en las legislativas de noviembre. Un reciente sondeo publicado por Abc News y el Washington Post presentaba a Clinton como clara vencedora frente a los cinco republicanos mejor valorados. En todos los casos Clinton obtenía entre el 53% y el 56% mientras que ninguno de sus presuntos contrincantes superaba el 41%, el porcentaje que obtenía Jeb Bush.
El hermano del presidente que vivió el 11-S y metió a su país -y a otros como España- en la guerra de Iraq, se ha convertido en el ad- versario a batir por el resto de contrincantes correligionarios y ahora la crítica más recurrente, se dirige contra el dominio en el poder de “dinastías familiares” que pondría de manifiesto la confrontación Clinton-Bush. Un grupo, aunque en este caso de la iz- quierda liberal, RootsAction ya ha creado una página web con el divertido nombre Nobushesorclintons.org.
El caso es que las bases republicanas, reunidas el pasado fin de semana en Iowa, en la denominada Cumbre de la Libertad, se es- tremecieron ante la posibilidad de que la controvertida ex gobernadora de Alaska y candidata a la vicepresidencia en el 2008 volviera a las andadas, no tanto por sus posibilidades, que son nulas, sino por lo significativo de su atrevimiento. Su intervención en Iowa ya fue objeto de nuevo de chistes y burlas incluso en los diarios de referencia que venían a advertir que si Palin se ve capaz significa que el nivel es muy bajo.
“El problema de los republicanos es que hasta ahora ninguno de sus posibles aspirantes a la nominación ha sido capaz de fijar una imagen de liderazgo sólido”, ha comentado a La Vanguardia, Karen O’Connor, profesora de Ciencia Política de la American University y ex presidenta de la Southern Political Science Association.
Teniendo en cuenta los sondeos, los gobernadores o ex gobernadores que aparecen con más posibilidades son además de Jeb Bush, Chris Christie (Nueva Jersey), Mike Huckabee (ex de Arkansas), Scott Walker (Wisconsin) Mike Pence (Indiana), Rick Perry (Texas). Los congresistas mejor situados son Ted Cruz, Rand Paul, Marco Rubio, Rick Santorum y Lindsay O. Graham que anunció la constitución de su comité el mismo día que Romney tiró la toalla.
Desde el punto de vista ideológico, el dilema se sitúa entre conservadores y pragmáticos. La confrontación con la presidencia de Obama ha influido en la radicalización de las posiciones mayoritarias en el GOP, lo que en principio favorecería a los aspirantes conservadores, pero desde el punto de vista estratégico, los centristas aparecen como más capaces de disputar a Hillary Clinton el favor del establishment. En este sentido, los sondeos señalan que la influencia del Tea Party, el lobby ultraconservador, tiende a disminuir, aunque los congresistas Ted Cruz, Rand Paul y Marco Rubio, figuran entre los aspirantes más sólidos. El extremista Cruz fue el más ovacionado en la cumbre de Iowa.
“El desafío fundamental de los republicanos es la conquista del voto hispano, feudo tradicional de los demócratas”, sostiene la profesora O’Connor. En ese terreno, Jeb Bush parte con ventaja. Está casado con una mexicana y habla perfectamente español. Su hermano ya batió el récord de apoyo hispano a los republicanos. Logró el 40% de los que fueron a votar. Otros candidatos hispanos, Cruz y Rubio disputan esa partida y Rand Paul lo compensa con su posición moderada en temas como inmigración y las relaciones con Cuba.
Sin embargo, la nominación republicana, como la propia candidatura presidencia, se va a dispu-
Hillary Clinton gana en los sondeos a todos los presuntos aspirantes del GOP
tar no tanto en el favor de los partidarios como en la contribución de los donantes. En 2012, Mitt Romney invirtió en su nominación 76 millones de dólares, más otros 50 millones de su Comité de Acción Política (PAC) que externamente al partido puede recaudar sin apenas límite.
Ahora el precio va a aumentar considerablemente, porque en la reciente ley de gastos aprobada por el Congreso ha multiplicado por diez la cantidad que los particulares puede donar a los partidos. El propio Jeb Bush se ha propuesto recaudar 100 millones de dólares en tres meses antes de hacer efectiva su candidatura.
El sistema recaudatorio está cambiando la política estadounidense. Esta semana, los hermanos Koch, propietarios de la segunda empresa privada del país, han anunciado que piensan gastarse 889 millones de dólares en donaciones para las próximas elecciones presidenciales, el doble de lo que gastaron en 2012. Darrell West, politólogo y autor de Multimillonarios, un libro sobre las donaciones políticas sostuvo en la radio pública NPR que “ha nacido nuevo partido, el partido de los activistas conservadores, ricos”.
La cifra prometida por los Koch brothers supera el doble de lo que gastó en el 2012 el Comité Nacional Republicano pero lo canaliza a través de entidades que manejan tecnología, datos y think tank. David Gura, reconocido bloguero político de Washington, sostiene que “los partidos deberían estar muy preocupados, porque estos grupos externos les están sustituyendo a base de determinar el mensaje y el rumbo de la política”. Y, sobre todo, imponen los candidatos.
Los donantes millonarios imponen mensajes, políticas y deciden candidatos