Gastón Acurio quiere exportar la moda de los bocadillos peruanos
No hay empresa que se le resista al más internacional de los chefs peruanos, Gastón Acurio. Famoso por haber hecho de la cocina un arma social en su país, defendiendo los productos y a los productores y poniendo de moda los sabores de la cocina de su tierra en todo el planeta (tiene más de 3.000 empleados en sus diferentes restaurantes dentro y fuera de Perú) , su próximo objetivo está contenido entre dos trozos de pan calentitos. Se trata de los sánguches, nombre que reciben en Perú los bocadillos con carnes o pescados y salsas picantes, que se venden en locales populares conocidos como sangucherías. Son pequeños negocios que le gustaría que proliferaran “como en su día triunfaron las pizzerías o los sushibares”. Así lo explicó el miércoles Acurio durante la pre- sentación de la pequeña carta de sánguches de su restaurante Tanta de Barcelona, que podrán tomarse en la barra. “Los americanos impusieron el método para crear un fast food estandarizado; el nuestro es mucho más artesano. Se trata de bocadillos con gustos muy peruanos, que nunca salen igual. Son esos bocados que un día encuentras más jugosos, que otro día llevan más o menos ají, porque dependen de la mano de quien los prepara o de lo que hay en ese momento en la cocina”. El sueño de Acurio es contribuir a expandir por el mundo las tradicionales sangucherías y que muchos jóvenes puedan ver en estos sencillos establecimientos una oportunidad de negocio. Es un nuevo paso para dar a conocer la riqueza gastronómica de su país, algo que está consiguiendo a un ritmo de vértigo. La cocina peruana está de moda y el principal responsable de ello no está dispuesto a aflojar. Quienes lo conocen saben que suele conseguir cuanto se propone. Ojo con él
En el barcelonés Tanta ya se pueden probar ‘sánguches’, típicos bocadillos peruanos, de Acurio