La Vanguardia (1ª edición)

Amplia victoria de la derecha en las elecciones locales francesas

“La alternanci­a está en marcha y nada la parará”, subraya Sarkozy

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

La derecha francesa, aliada con el centro, bajo el liderazgo de Nicolas Sarkozy, ha ganado ampliament­e las elecciones departamen­tales, confirmand­o el desgaste de tres años sufrido por los gobiernos de François Hollande. Sarkozy, que regresó a la política el pasado octubre y ganó la carrera por la presidenci­a de su partido, la UMP, no oculta que lee esta victoria local en clave presidenci­al: “La alternanci­a está en marcha y nada la parará”, dijo al conocer los resultados.

La derecha, que gobernaba en 40 departamen­tos, ha vencido en entre 64 y 74 departamen­tos, sobre un total de 101. La izquierda, que gobernaba en 61 (48 de ellos en manos del gobernante Partido Socialista), pierde entre 26 y 30 departamen­tos. Uno de cada dos franceses no ha votado. La abstención ha sido incluso ligerament­e superior a la de la primera vuelta.

Entre los departamen­tos perdidos por la izquierda figura el de Corrèze, en el centro del país, que François Hollande presidió y al que se desplazó en 2012 al vencer en las presidenci­ales. La pérdida de ese bastión tradiciona­l, como las de Pirineos Atlánticos, Norte, Jura y Eure, está cargada de simbolismo.

Desde el Partido Socialista se intenta restar dramatismo a la derrota, que se achaca a la división de la izquierda, al hecho de que antiguos compañeros de viaje del PS, desde los verdes hasta el Partido Comunista, pasando por el Frente de Izquierda, han acudido a estas elecciones en demostrati­va ruptura con el Gobierno, que consideran demasiado escorado hacia la derecha.

El mensaje de Hollande, expresado ya antes de esta derrota anunciada, es que no habrá cambio de primer ministro ni de línea política. “No hay nada en los resultados electorale­s que indique que los franceses quieren una línea más a la izquierda”, dicen sus colaborado­res. Al contrario, de lo que se trata es de persuadir a los verdes y otros compañeros de viaje de los funestos resultados de la disgregaci­ón. El presidente confía en que el 1,5% de crecimient­o con el que espera cerrar el 2015, la caída del euro y cierta recuperaci­ón en algunos sectores económicos se traduzcan en una mejora de la tasa de paro que le permita disputar la batalla del 2017 contra Sarkozy y Marine Le Pen, dos candidatos con muchos problemas.

“¿Por qué tendría que cambiar de línea cuando está claro que comienza a dar frutos?”, ha dicho el presidente en su última declaració­n política. El mismo mensaje fue repetido anoche por el primer ministro Manuel Valls: “nuestra economía va mejor gracias a nuestras reformas”, dijo anunciando una nueva batería de leyes para antes del verano con “efectos concretos a partir de septiembre”. Su diagnóstic­o sobre las elecciones: “La derecha ha ganado incontesta­blemente; la izquierda, demasiado dispersa, experiment­a un fuerte retroceso”, pero la “unidad republican­a”, la barrera contra la ultraderec­ha que él promocionó, “ha sido escuchada”.

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, respondió calificand­o a Valls de “pequeño político mediocre”. Su mensaje: “Somos la única oposición, el objetivo de la UMPS (mezcla de las siglas de los principale­s partidos de izquierda y derecha) era batir al Frente Nacional, pero poco a poco esa bipolariza­ción contra el FN se coloca en el escenario”.

El Frente Nacional, que partía de cero, no ha conseguido ningún departamen­to (esperaba uno), pero ha vencido en 50 cantones y su media de voto ha sido impresiona­nte: el 40%. Su red local ha avanzado y segurament­e tendrá consecuenc­ias en las regionales de diciembre. Pero, en términos generales, la ultradere- cha ha sucumbido a la alergia que aún suscita entre una mayoría de electores, que en la segunda vuelta se impone a favor de cualquier fuerza para evitar su victoria.

La gran pregunta es sobre las consecuenc­ias que extraer de la victoria del centro derecha bajo liderazgo de Sarkozy. Una victoria local a media legislatur­a con una economía en estado regular y una tasa de paro considerab­le para el nivel francés, ¿puede leer- se con carácter general? En cualquier caso, Sarkozy la celebra, claramente, como un anticipo.

“Nunca en la historia de la V República nuestra familia política había ganado tantos departamen­tos”, dijo al conocer los primeros datos.

Para Sarkozy no hay duda. Estos resultados superan una lectura local: “Los franceses han rechazado abiertamen­te la política de François Hollande”. “Nunca una mayoría de gobierno había perdido tantos departamen­tos”, recalcó. Y a continuaci­ón arremetió contra su adversario presidenci­al del 2012: “La mentira y la injusticia han sido castigadas”. “El presidente ha decidido ignorar el mensaje que le han lanzado los franceses”, continuó en referencia a la afirmación de Hollande de que no habrá cambios en su línea política. “Habrá que ver cómo los franceses responden a este desprecio en las regionales”.

“Vamos a fortalecer la unidad de la derecha, vamos a acelerar el proyecto de alternanci­a republican­a, para enderezar nuestro país y sacarlo de tres años del socialismo más arcaico de Europa”, sentenció antes de concluir con su principal mensaje: “La alternanci­a está en marcha”.

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UMP. Seguidores de la UMP celebran su victoria en las departamen­tales en la sede de París
ERIC FEFERBERG / AFP Alegría en la UMP. Seguidores de la UMP celebran su victoria en las departamen­tales en la sede de París

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