Amplia victoria de la derecha en las elecciones locales francesas
“La alternancia está en marcha y nada la parará”, subraya Sarkozy
La derecha francesa, aliada con el centro, bajo el liderazgo de Nicolas Sarkozy, ha ganado ampliamente las elecciones departamentales, confirmando el desgaste de tres años sufrido por los gobiernos de François Hollande. Sarkozy, que regresó a la política el pasado octubre y ganó la carrera por la presidencia de su partido, la UMP, no oculta que lee esta victoria local en clave presidencial: “La alternancia está en marcha y nada la parará”, dijo al conocer los resultados.
La derecha, que gobernaba en 40 departamentos, ha vencido en entre 64 y 74 departamentos, sobre un total de 101. La izquierda, que gobernaba en 61 (48 de ellos en manos del gobernante Partido Socialista), pierde entre 26 y 30 departamentos. Uno de cada dos franceses no ha votado. La abstención ha sido incluso ligeramente superior a la de la primera vuelta.
Entre los departamentos perdidos por la izquierda figura el de Corrèze, en el centro del país, que François Hollande presidió y al que se desplazó en 2012 al vencer en las presidenciales. La pérdida de ese bastión tradicional, como las de Pirineos Atlánticos, Norte, Jura y Eure, está cargada de simbolismo.
Desde el Partido Socialista se intenta restar dramatismo a la derrota, que se achaca a la división de la izquierda, al hecho de que antiguos compañeros de viaje del PS, desde los verdes hasta el Partido Comunista, pasando por el Frente de Izquierda, han acudido a estas elecciones en demostrativa ruptura con el Gobierno, que consideran demasiado escorado hacia la derecha.
El mensaje de Hollande, expresado ya antes de esta derrota anunciada, es que no habrá cambio de primer ministro ni de línea política. “No hay nada en los resultados electorales que indique que los franceses quieren una línea más a la izquierda”, dicen sus colaboradores. Al contrario, de lo que se trata es de persuadir a los verdes y otros compañeros de viaje de los funestos resultados de la disgregación. El presidente confía en que el 1,5% de crecimiento con el que espera cerrar el 2015, la caída del euro y cierta recuperación en algunos sectores económicos se traduzcan en una mejora de la tasa de paro que le permita disputar la batalla del 2017 contra Sarkozy y Marine Le Pen, dos candidatos con muchos problemas.
“¿Por qué tendría que cambiar de línea cuando está claro que comienza a dar frutos?”, ha dicho el presidente en su última declaración política. El mismo mensaje fue repetido anoche por el primer ministro Manuel Valls: “nuestra economía va mejor gracias a nuestras reformas”, dijo anunciando una nueva batería de leyes para antes del verano con “efectos concretos a partir de septiembre”. Su diagnóstico sobre las elecciones: “La derecha ha ganado incontestablemente; la izquierda, demasiado dispersa, experimenta un fuerte retroceso”, pero la “unidad republicana”, la barrera contra la ultraderecha que él promocionó, “ha sido escuchada”.
La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, respondió calificando a Valls de “pequeño político mediocre”. Su mensaje: “Somos la única oposición, el objetivo de la UMPS (mezcla de las siglas de los principales partidos de izquierda y derecha) era batir al Frente Nacional, pero poco a poco esa bipolarización contra el FN se coloca en el escenario”.
El Frente Nacional, que partía de cero, no ha conseguido ningún departamento (esperaba uno), pero ha vencido en 50 cantones y su media de voto ha sido impresionante: el 40%. Su red local ha avanzado y seguramente tendrá consecuencias en las regionales de diciembre. Pero, en términos generales, la ultradere- cha ha sucumbido a la alergia que aún suscita entre una mayoría de electores, que en la segunda vuelta se impone a favor de cualquier fuerza para evitar su victoria.
La gran pregunta es sobre las consecuencias que extraer de la victoria del centro derecha bajo liderazgo de Sarkozy. Una victoria local a media legislatura con una economía en estado regular y una tasa de paro considerable para el nivel francés, ¿puede leer- se con carácter general? En cualquier caso, Sarkozy la celebra, claramente, como un anticipo.
“Nunca en la historia de la V República nuestra familia política había ganado tantos departamentos”, dijo al conocer los primeros datos.
Para Sarkozy no hay duda. Estos resultados superan una lectura local: “Los franceses han rechazado abiertamente la política de François Hollande”. “Nunca una mayoría de gobierno había perdido tantos departamentos”, recalcó. Y a continuación arremetió contra su adversario presidencial del 2012: “La mentira y la injusticia han sido castigadas”. “El presidente ha decidido ignorar el mensaje que le han lanzado los franceses”, continuó en referencia a la afirmación de Hollande de que no habrá cambios en su línea política. “Habrá que ver cómo los franceses responden a este desprecio en las regionales”.
“Vamos a fortalecer la unidad de la derecha, vamos a acelerar el proyecto de alternancia republicana, para enderezar nuestro país y sacarlo de tres años del socialismo más arcaico de Europa”, sentenció antes de concluir con su principal mensaje: “La alternancia está en marcha”.