Artífice de triunfos
JOAN MORETA I MUNUJOS (1946-2015) Expresidente de la Federación Española de Motociclismo
Hasta siempre, Joan Moreta, infinitas gracias por tu ayuda al motociclismo, si no hubiera sido por ti 100% seguro que no estaría donde estoy!”... Este y otros tuits empezaron a correr el lunes por el espacio virtual nada más conocerse su fallecimiento. Normalmente, la desaparición de un directivo importante –Moreta fue presidente de la Federación Catalana de Motociclismo primero, y luego de la Española– suscita respetuosas muestras de duelo, reflejadas en comedidos comunicados de prensa con una breve glosa de la personalidad del finado, sin más. Pero estamos ante un caso especial, diferente, y no es ningún tópico.
A pesar de su forzosa brevedad, el tuit de Aleix Espargaró no deja resquicio de duda. Quien nos ha dejado esta semana a los 69 años, víctima de un cáncer contra el cual luchaba desde tiempo atrás, es el cerebro que gestó el plan que ha puesto a este país en la primera línea de la competición motociclista mundial.
Si los nombres de Marc y Àlex Márquez, Aleix y Pol Espargaró, Maverik e Isaac Viñales, Tito Rabat y otros brillantes pilotos son hoy ampliamente conocidos, es en gran parte por la labor que desarrolló Moreta durante años, forjando la cantera de este deporte. Él mismo era un motorista puro, militante, vocacional. Había empezado desde muy joven, siendo piloto en las disciplinas de trial y regularidad durante los años sesenta. Sensible a lo relacionado con cuestiones organizativas, enseguida estuvo entre quienes arrimaban el hombro a la hora de preparar carreras.
A mediados de los ochenta Moreta ya se había convertido en presidente de la Penya Motorista Barcelona, promotora de las 24 Horas –bajo su mandato se celebraron las dos últimas ediciones de la prueba, en el cenit de su esplendor internacional– y de ahí pasó a la Federación Catalana de Motociclismo, donde ejerció diversas responsabilidades antes de ser nombrado su vicepresidente.
Desde la Federación autonómica se lanzó a edificar el esqueleto del sistema que ha convertido a España en la mayor cantera mundial de pilotos de velocidad. En 1992, Dorna se había hecho con los derechos de organización del Campeonato del Mundo. Al frente estaba Carmelo Ezpeleta, procedente del RACC. La entrada de patrocinadores fuertes (Campsa, Telefónica, Repsol, etcétera) dio pie a obtener los medios necesarios para poder montar copas de promoción en las que los jóvenes aspirantes a piloto pudieran demostrar su talento.
En 1994 arrancó la Copa RACC, donde vimos aparecer a Toni Elías y Joan Olivé, entre otros. Luego vino la Copa Conti, con motos más aptas para empezar a correr, a la que se apuntaron los hermanos Espargaró. La clave del asunto, para Moreta y Àngel Viladoms –el otro culpable de este fenómeno– fue darle la vuelta al sistema: los chavales que querían empezar a pilotar ya no tenían que subirse a máquinas de 70 CV casi de Gran Premio, sino que su escalada se hacía de forma mucho más gradual, con motos de 50 CV –hoy de 35– y relaciones de cambios adecuadas, facilitando de este modo su inicio a edades cada vez más tempranas.
Consolidado el modelo en Catalunya, Moreta lo exporta al ámbito estatal como nuevo responsable del área de velocidad de la Federación Española. Con unos resultados deportivos brillantes y el dinero de los sponsors fluyendo hacia las escuderías y los circuitos, el motociclismo experimenta en esta época su gran eclosión. Los pilotos extranjeros vienen a España a formarse y competir, y el Campeonato Español de Velocidad acaba convirtiéndose de facto en una especie de certamen europeo.
Todo esto es ya historia contemporánea. En 2007, Joan Moreta sería elegido con más del 90% de los votos presidente de la Federación Motociclista Española (desde 2009 hasta 2014 fue también miembro directivo de la Federación Internacional de Motociclismo, que desde hacía poco más de un año también vicepresidía). Cinco años más tarde dejó el cargo después de haber anunciado que no se presentaría a la reelección. Estaba afectado por el cáncer y seguramente veía que no le quedaba mucho tiempo más. Pero ya había ganado la carrera.
Edificó el sistema que ha convertido a España en la mayor cantera de pilotos de velocidad en moto