La Vanguardia (1ª edición)

Las motos de antes

- ARTURO SAN AGUSTÍN

La Vespa que conducía por Roma el actor Gregory Peck llevando en la grupa a Audrey Hepburn, que en esa película interpreta­ba a una princesa; la Triumph TR6 con la que Steve McQueen intentaba llegar a Suiza huyendo de los nazis. Etcétera. Algún poeta escribió que su infancia eran recuerdos de un patio de Sevilla donde maduraba el limonero. Para otros, para los de mi generación, que no somos poetas ni nacimos en Sevilla, nuestra infancia y adolescenc­ia son recuerdos de algunas motos del cine y de otras que estos días se pueden ver en el Palau Robert. Catalunya Moto: así se titula esa exposición.

La Lube NSU no está presente en la misma, quizá porque se fabricaba en Luchana, un barrio de Baracaldo (Bizkaia), pero esa es la primera moto de la que tengo memoria. La descubrí en la Seu d’Urgell, que durante algunos años era la población donde pasaba aquellos largos veranos de entonces. El río Segre, el paseo principal que todos llamaban el Paseo, la mantequill­a Cadí, los seminarist­as, las patatas fritas de un cuartel del ejército, los porches de la calle Mayor, el claustro de la catedral románica, la atractiva hija de un notario y la Lube NSU. No hace muchos años me enteré de que, en Palamós, el padre de un amigo, que se llamaba como él, Albert Arbós, también manejaba una de esas motos.

En la exposición sí está presente la Guzzi Hispania, que era como un saltamonte­s rojo. Con esa moto se desplazaba por mis calles de entonces un practicant­e solidario, de apellido vasco, que un día acabó en las cárceles de Franco porque descu- brieron que militaba en el PSUC. Aquel practicant­e, es decir, el hombre que nos ponía las inyeccione­s y que atendía gratis a algunos vecinos, era muy querido y por eso yo siempre he visto la Guzzi Hispania como el sencillo caballo rojo de un héroe anónimo. Caballo rojo en aquellos tiempos grises del Flix, que era con lo que se mataban los mosquitos.

La Sanglas era, entonces, la moto de la Guardia Urbana barcelones­a y daba un poco de miedo porque, además de usarla también la Guardia Civil de Tráfico, su envergadur­a, sobre todo el modelo con sidecar, recordaba las motos del ejército nazi. De nada servía que para animar determinad­as fiestas algunos miembros de la Guardia Urbana barcelones­a exhibieran sus habilidade­s contorsion­istas en la plaza de toros Monumental. Aquellas motos atraían, pero, ya digo, daban un poco de canguelo.

La Ossa, la Rieju, la Ducati y la Bultaco siguen muy presentes en mi memoria. Como la Derby, que fue la primera moto que conduje. En realidad, quien la conducía era un mecánico vecino que trabajaba en esa empresa. Yo me limité a poner mis manos en el manillar y a darle gas, creo que con la mano derecha. Tres minutos fueron suficiente­s para que le dijera a aquel vecino que quería descabalga­r y para que entendiera que no había nacido para tener moto ni coche. Y en eso sí he sido coherente. Pero es la Montesa la marca de moto que fue símbolo de la infancia y adolescenc­ia de mi generación, la de La casa del sol naciente.

La Montesa, su modelo Impala, siempre me recuerda a Oriol Regás con quien compartí algunas confidenci­as familiares en el Flash Flash y cierto trago inolvidabl­e que ya no está en su carta por culpa de todo aquel lío de las llamadas vacas locas. Fue también sobre una moto Montesa Impala como llegó a las television­es Mercedes Milá, aparente devoradora de hombres crudos y descarada, pero con pedigrí. Tal vez por eso muy pronto se convirtió, sin pretenderl­o, en musa de aquellos socialista­s de pana, tortilla y cazadora de ante, sobre todo andaluces. Porque si casi todos los pobres sienten una atracción fatal por los señoritos, en algunos pobres andaluces esa atracción fatal aún se nota más.

Quizá sí que en algunos ambientes la Montesa Impala se puso nuevamente de moda porque Joe Kennedy, uno de los hijos de Robert, la manejaba y se fotografia­ba con ella. Pero en esa resurrecci­ón controlada y popular yo apuesto por Mercedes Milá, hija de conde discreto, que además de seducir a casi todos los socialista­s creó un nuevo estilo textil de periodista deportivo. La Milá sobre su Montesa era como Lady Godiva, pero en versión vestida y pija. Entonces aún no se atrevía a contar sus intimidade­s bajo la ducha.

Mis mayores experienci­as motorizada­s las he vivido en Roma, ese hermoso caos. La primera yendo de paquete en una escúter con el periodista Marco Carroggio. La segunda, siempre yendo de paquete, con una joven y audaz monja. Roma es una escúter. Y una monja.

mercedes milá La hija de conde discreto que llegó a las television­es sobre una Montesa, era como Lady Godiva versión pija y vestida

 ??  ?? JOSÉ CARLOS DÍEZ En la anterior legislatur­a, fue descrito en la prensa como un “fontanero” de la Moncloa, es decir, como un consejero del ejecutivo socialista JOSEF AJRAM Bróker, coach y triatleta barcelonés que se dedica a explicar las claves de su...
JOSÉ CARLOS DÍEZ En la anterior legislatur­a, fue descrito en la prensa como un “fontanero” de la Moncloa, es decir, como un consejero del ejecutivo socialista JOSEF AJRAM Bróker, coach y triatleta barcelonés que se dedica a explicar las claves de su...
 ??  ?? La exposición ‘Catalunya Moto’ del Palau Robert recupera míticos modelos de la industria
La exposición ‘Catalunya Moto’ del Palau Robert recupera míticos modelos de la industria
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JOSÉ MARÍA GAY DE LIÉBANA Profesor catalán que, en verano de 2007, dijo que España pasaría de la langosta a la sardina enlatada pero que ahora viene la calma
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