¡Zumbados!
EL COLOMBIANO BETO MARTÍN INVENTÓ EL ZUMBA POR CASUALIDAD HACE CASI UNA DÉCADA. HOY ES EL ARTÍFICE DE UNA EMPRESA VALORADA EN MÁS DE 400 MILLONES DE EUROS QUE TIENE EN JÉSSICA EXPÓSITO A UNA DE SUS ‘GLADIADORAS’ DE ÉXITO
La locura fitnética que arrasa en los últimos años se llama Zumba. Y no tiene demasiado secreto: sólo hay que poner a la gente a bailar para que queme el máximo de calorías posible. Todo sin perder la sonrisa y siempre a ritmo de merengue, salsa, cumbia, rumbia o reggaeton. Ahora parece fácil, pero la fórmula magistral del éxito la inventó Alberto Beto Pérez (Cali, 1970) por pura casualidad, casi por necesidad. “Pongámonos en situación, era 1986, yo era un joven instructor de aeróbic que se olvidó la cinta de las típicas melodías ochenteras en casa. No me quedó otra que resolver la clase con la música que llevaba en la mochila... ”, cuenta Pérez. Así es como nacía la modalidad de fitness que ha convertido a este instructor caleño en la cara visible de una empresa valorada en 400 millones de euros y el responsable de que 15 millones de personas de todo el mundo se pongan en forma con alegría.
El invento de Beto Pérez no sabe de términos medios. O gusta o se aborrece. Pero el caso es que desde que explotó en Estados Uni- dos y se exportó con idéntico éxito primero a Europa y después a Asia cada vez son más y de edades más diversas los que están a favor de entrenar su cuerpo con ritmos latinos. ¿El último ejemplo? La convención multitudinaria que el grupo DiR ofreció el pasado fin de semana en el hotel W de Barcelona. Una locura.
Beto Pérez reconoce que ha tenido mucha suerte pero también quiere que quede bien claro que trabajó duro para poder aprovechar la oportunidad que ese descuido suyo le ofreció hace casi una década. Primero inició una carrera como coreógrafo en Colombia y luego trabajó con Shakira para acabar siendo un monitor estrella en los más selectos gimnasios de Bogotá. Pero lo mejor es que, intuyendo que podía llegar más lejos, puso rumbo a Miami a pesar de que no hablaba una sola palabra en inglés. “Dormí al aire libre esperando mi oportunidad y al fin llegó mi golpe de suerte: una empresaria americana creyó que mi invento sería la nueva sensación del mundo del fitness”, cuenta. No se equivocaba.
Fue entonces cuando Beto Pérez se alió con Alberto Perlman, para algunos el Bill Gates del fitness, que se puso manos a la obra para dar cobertura económica al asunto. Y luego ambos contactaron con un tercer Alberto, también colombiano (Aghion), que les consiguió que una cadena de gimnasios de Ohio invirtiera un millón de dólares para grabar el primer DVD de Zumba. Nacía Zumba Fitness LLC, con base en Hallandale, Florida, que viviría un crecimiento del 4.000% entre el 2007 y el 2010 y un 750% entre el 2011 y el 2014. La comunión del fitness, la salsa y el buen humor funcionaron y se convirtieron en una imparable fuente de ingresos, igual que la titulación de monitores y la venta de ropa y accesorios, videojuegos.
El caso es que con su Zumba, Beto Pérez ha seducido a Michelle Obama, Victoria Beckham y Jennifer López... y hasta la reina Letizia que organiza sesiones en la Zarzuela. La locura parace no tener fin y adquiere mil formas (aquazumba, zumbastep...) pero su líder no se siente un gurú. “Soy imperfecto y cuido lo que digo porque esto es un negocio”, reconoce Pérez, que tiene en las americanas Gina Grant y Kass Martin y Jessica Expósito (la monitora del grupo DiR que en su día creó la Batuka) a sus “gladiadoras”. Así es como él denomina a las instructoras en las que cree. Expósito (Puigcerdà, 1978), es su más reciente fichaje: la reina española del Zumba. Durante sus clases usa las típicas frases de Beto del tipo “que no se escape vuestro sueño”. O “somos una nueva especie y nuestro es el futuro”. Y sin perder la sonrisa da fe de que el “Zumba te hace feliz” .