Más de 230.000 beneficiarios de la Creu Roja en un solo año
Creu Roja distribuye desde su plataforma del Anoia kits de emergencia para 74.000 personas
La Pobla de Claramunt Una carga de 24.000 botes de pera en almíbar enviados por el Ministerio de Agricultura se amontonan en la Plataforma Humanitària de Creu Roja, una nave en el polígono industrial de La Pobla de Claramunt, en la comarca del Anoia. Se trata de los excedentes de fruta derivados del veto de Rusia a los productos de la Unión Europea, según cuenta Juan Antonio García, responsable técnico de la Plataforma Humanitària. Esta fruta se repartirá en los próximos meses a los usuarios de Creu Roja en Catalunya que precisan ayuda alimentaria para po- der sobrevivir: 232.892 personas.
Además de las peras, todo tipo de artículos asoman en las estanterías: ropa, champú, jabón, lejía, neveras portátiles, pañales, papel higiénico... Y los denominados lo- tes de apoyo social, una iniciativa que Creu Roja creó en el 2009, al visibilizarse la crisis, como solución temporal para proporcionar alimentos y otros productos de primera necesidad a las familias más vulnerables, mientras esperaban ser atendidas por los servicios sociales “Pensamos que distribuiríamos estos kits durante unos meses, los servicios sociales estaban colapsados y recurrían a nosotros, pero todavía seguimos repartiéndolos pues la situación, lejos de mejorar, ha empeorado”, dice García.
Junto a esta nave, Creu Roja gestiona un centro logístico de acción humanitaria diseñado para atender las necesidades de mil familias con kits de higiene y de cocina, mantas y bidones de agua. El último cargamento salió hace más de un año con destino a Siria. Los paquetes que se suministran en Catalunya están inspirados en estos lotes que se envían a las poblaciones de países afectados por guerras, como Siria o Sudán, o por catástrofes naturales, como Filipinas, Haití o Nepal. Este país del Himalaya depende de la llegada urgente de ayuda internacional para intentar superar el impacto del devastador terremoto del pasado sábado.
En un mismo polígono conviven los recursos destinados a Catalunya y los que aliviarán el drama que viven millones de personas de los países del Sur.
García apunta que en 2009 se distribuyeron 15.000 lotes, cifra que ha ido creciendo cada año: de los 30.436, en 2011, para 45.217 beneficiarios, a los 54.931 del 2014, para 74.099 personas. “Esta era una medida de emergencia, pensamos que iría bajando la demanda, pero no ha sido así. Cada familia recibe el lote durante seis meses y transcurrido este período de tiempo se los entrevista de nuevo para ver cuáles son sus ne-
La entidad repartió alimentos a cerca de 233.000 personas el año pasado Lo que en el 2009 se diseñó como una ayuda temporal ya suma seis años