Bachelet impulsa otra Constitución
La presidenta chilena propone una nueva Carta Magna para superar la crisis
Santiago de Chile. Corresponsal Michelle Bachelet salta hacia adelante para superar la grave crisis institucional en que está sumido Chile desde hace meses. La presidenta socialista impulsará una nueva Constitución, que sustituirá a la elaborada en 1980 bajo la dictadura. Bachelet no tenía muchas salidas si quería preservar algo de la poca credibilidad que conserva, a pesar de los escándalos de corrupción que azotan a toda la clase política, en uno de los cuales está implicado el hijo de la mandataria.
“El país ha conocido irregularidades, corrupción y faltas a la ética que afectan a la política y a los negocios”, reconoció Bachelet al iniciar su solemne discurso transmitido el martes por la noche –madrugada de ayer, hora española– en cadena obligatoria de televisión. “Los chilenos y chilenas están molestos”, añadió, antes de asumir por enésima vez sus responsabilidades.
Los ciudadanos esperaban desde hace días que Bachelet anunciara un paquete de medidas anticorrupción, pero la nueva Constitución cayó por sorpresa, aunque era una de las reivindicaciones de los sectores más progresistas dentro y fuera de la coalición gobernante desde antes de que la presidenta regresara a La Moneda, hace poco más de un año.
Casi al final del discurso, la mandataria soltó la bomba que el establishment no quería escuchar y anunció que el próximo septiembre “daremos inicio al proceso constituyente abierto a la ciudadanía, a través de diálogos, debates, consultas y cabildos, que deberá desembocar en la Nueva Carta Fundamental, plenamente democrática y ciudadana, que todos nos merecemos”.
Aunque ha sufrido numerosas modificaciones desde que en 1990 volvió la democracia, la vigente Constitución fue creada por el dictador Augusto Pinochet y consagra los valores neoliberales que han convertido a Chile en paradigma del libre mercado en la región, pero también en uno de los países más desiguales.
El modelo económico se consolidó pese a que, con la excepción del derechista Sebastián Piñera (2010-14), todos los presidentes de la democracia han pertenecido al centroizquierda. La corrupción ha hecho que el pacto de la transición sea ahora más cuestionado que nunca y que los chilenos descrean de los políticos.
Por ello el anuncio de un proceso constituyente preocupa por igual a la derecha heredera del pinochetismo y al sector negocios del centroizquierda gobernante. Ayer varios políticos conservadores criticaron a Bachelet por su anuncio, pero quizás la reacción más significativa sea la del líder de la patronal Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Alberto Salas. “Sumar ahora la tremenda incertidumbre de una reforma constitucional causa gran inquietud en los actores económicos”, dijo Salas.
En los últimos meses se han destapado varios escándalos de financiación ilegal de políticos de todo el arco ideológico. El caso más sangrante para el Gobierno es el de la minera Soquimich, que pagó campañas legislativas a candidatos de la Concertación centroizquierdista. Soquimich está controlada por Julio Ponce Le- rou, exyerno de Pinochet, bajo cuyo mandato hizo crecer la compañía. Otro caso, que afecta directamente a Bachelet, es el pelotazo inmobiliario logrado por su nuera y su hijo –conocido como nueragate– gracias a un millonario e injustificable crédito concedido por el Banco de Chile en aparente tráfico de influencias.
La presidenta quiere hacer penitencia y, entre las medidas anticorrupción anunciadas, figuran la eliminación de la reelección indefinida de los parlamentarios o prohibir que las empresas realicen donativos para financiar campañas políticas. Bachelet aseguró que es necesario “actuar y cambiar las cosas de raíz”.
“Son medidas severas, y algunos querrán resistirlas para que las cosas queden igual”, indicó Bachelet. “La democracia y la política son de todos y no podemos tolerar que sean capturadas por el poder del dinero”, añadió.
El ambiente de corrupción provoca la reacción de la líder de Chile, cuyo hijo figura implicado en un caso