Barcos como puentes marítimos: ¿qué hay en la bodega?
En las notas gráficas de La Vanguardia del 14 de febrero de 1936 aparece la foto de un barco de madera escorado: el Abel Matutes. Procedente de Eivissa, embarrancó frente a la playa de El Prat por la densa niebla que encontró llegando a Barcelona. Aquel pequeño motovelero de carga palidecería hoy ante el actual Abel Matutes, ferry de 190 metros de eslora con capacidad para 900 pasajeros, 247 vehículos y 2.200 metros de carga. Precisamente este barco de la naviera Baleària se encar- gó de cubrir anoche la ruta entre Barcelona y Palma llegando a las seis de esta mañana. No ha sido el único programado para hoy en la isla: tres buques más de esa compañía y otros tantos de Trasmediterránea abastecen este jueves a la capital balear transportando pasajeros y carga en camiones desde Valencia, Barcelona, Ibiza y Denia. Por su parte, a Menorca llegaron hoy dos ferrys desde Barcelona mientras que a Eivissa cinco, procedentes de Dènia, Palma, Valencia y Barcelona, además de 48 servicios desde Formentera. Los ferrys son un puente tan discreto como fundamental entre islas y la península, pues a bordo llega el grueso de productos perecederos que abastecen tiendas y supermercados. También se transporta abundante material de construcción y cualquier producto no local que se venda en Baleares, pues la carga aérea se limita a productos de alto valor añadido. Por barco llegan también las consideradas mercancías peligrosas: butano, propa- no, cloro para piscinas o bombonas de oxígeno para centros médicos. Para estas hay una normativa específica muy exigente en cuanto a cantidades, certificados y tipos de barcos, hasta el punto de que si la cantidad a transportar es muy elevada se programan salidas exclusivas. En 2014 Trasmediterránea transportó tres millones de metros lineales de mercancías y Baleària la superó por 200.000 metros en las rutas a Península-Baleares e interbaleares. /