Una nave rusa de carga caerá sin control a la Tierra
La Progress M-27M sufrió un fallo camino de la ISS
Una nave espacial rusa no tripulada que llevaba tres toneladas de suministros a la Estación Espacial Internacional (ISS) caerá durante la próxima semana a la Tierra sin ningún control. La Agencia Espacial Rusa explicó ayer que el carguero Progress M-27M se precipita hacia la superficie terrestre sin que se conozca el momento ni el lugar exactos en los que caerá. La mayoría de las grandes ciudades del mundo están en la amplísima zona a la que podrían llegar restos de la nave, que en su mayor parte debería desintegrarse durante la caída.
Después de ser lanzada mediante un cohete Soyuz desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) el pasado martes, el Centro de Control de Vuelo ruso perdió la comunicación con la Progress por algún tipo de problema con sus antenas y su sistema de propulsión. La nave espacial se situó fuera de su órbita correcta y acabó por girar sobre sí misma. Todos los intentos de control que se llevaron a cabo no funcionaron, por lo que la agencia rusa acabó por anunciar ayer el problema.
“Pronosticar con exactitud la fecha y lugar donde caerán los fragmentos del Progress que no se desintegren en la capas densas de la atmósfera sólo será posible unas horas antes de que esto ocurra”, señaló a la agencia oficial rusa RIA Nóvosti una fuente del sector aeroespacial. Expertos consultados por la agencia rusa Interfax opinan que la Progress puede seguir sin control durante una semana antes de precipitarse de forma definitiva hacia la Tierra, en una caída en la que podría desintegrarse casi por completo, aunque no hay ninguna seguridad de que vaya a ser así.
Como los controladores no han conseguido contactar con la nave, la caída será completamente descontrolada. Pese a que no se puede saber el momento ni el punto exacto en que caerá, un portavoz del centro de control de vuelos ruso aseguró que los restos de la Progress que lleguen hasta la Tierra lo harán entre el paralelo 52 norte y el paralelo 52 sur, una zona amplísima del planeta que abarca prácticamente la mayoría de las grandes ciudades del mundo. Paradójicamente, Moscú queda fuera del área.
El problema de la nave de suministro para la ISS se produce seis meses después de que un lanzamiento de Orbital Sciencies estallara en vuelo y destruyera otro cargamento de suministro para la estación espacial.
En estos momentos hay seis tripulantes en la ISS: dos americanos, un italiano, y tres rusos. El astronauta de la NASA Scott Kelly dijo a la agencia AP que no esperaban tener problemas por la pérdida de suministros. Tanto Kelly como el ruso Mikhail Kornienko dijeron que los controladores de vuelo habían abandonado la posibilidad de hacerse con la nave.
La mayoría de las grandes zonas pobladas del mundo están dentro del área posible de impacto