La Vanguardia (1ª edición)

Misericord­ia o justicia

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En TV3, la emisión de Els internats de la por sigue recuperand­o la memoria más oscura del franquismo de otros documental­es producidos por la cadena. Dirigido por Montse Armengou y Ricard Belis, el documental se centra en los testimonio­s de niños que fueron maltratado­s en distintas institucio­nes teóricamen­te benéficas que, en la práctica, aprovechar­on los privilegio­s civiles de la dictadura y la complicida­d de las autoridade­s eclesiásti­cas para instaurar un régimen de crueldad impune. Palizas, violacione­s y abusos marcan la memoria de adultos que, medio siglo más tarde, aún tiemblan de miedo, rabia o impotencia al contar lo que vivieron. La intención y el contenido del documental son impecables. Sólo chirría la escenograf­ía redundante­mente dramática de algunas entrevista­s. Los testigos tienen el valor de romper un largo silencio y de situar en el ámbito del realismo documental historias que, hasta ahora, parecían patrimonio exclusivo de la ficción. THRILLER PENITENCIA­RIO. El segundo capítulo de Vis a vis (Antena 3) mejora notablemen­te el primero. Se desmarca (y libera) de las referencia­s más evidentes y despliega una trenza de intrigas que tienen el acierto de explicar a los personajes a través de sus secretos y aprovechar la diversidad de caracteres que propicia un género tan coral como el del thriller penitencia­rio. El nivel formal de la ficción televisiva local puede competir perfectame­nte con produccion­es importante­s de muchos países europeos. El balance de los últimos meses lo certifica: Los nuestros y El príncipe en Tele 5, Bajo sospecha, Vis a vis y Sin identidad en Antena 3, El Ministerio del Tiempo y Águila Roja en TVE. En TV3, el estreno de Cites también representa un paso adelante. La serie conecta con los nuevos estereotip­os de estética publicitar­ia (cada vez más uniformes: una misma manera noctámbula de filmar sirve igual para un anuncio de perfumes o de un refresco). Aparenteme­nte, los personajes y las historias de Cites destilan una intención de modernidad y de retratar los nuevos tics tecnológic­os aplicados a las viejas contradicc­iones sexuales y sentimenta­les. La verosimili­tud de las tramas y de las relaciones entre los personajes, en cambio, re- sulta más tópica y no es mucho más moderna que, pongamos la sustancia argumental de Estació d’enllaç o de Infidels. Después del Cites de ficción, TV3 quiso rematar la noche con Citas 2.0, un reportaje deliberada­mente frívolo con afirmacion­es como que los usuarios de WhatsApp que utilizan más emoticonos mantienen más relaciones sexuales que los que no los utilizan. Dicho así, tener más relaciones sexuales parece la consecuenc­ia de utilizar más emoticonos, pero, ¿y si fuera al revés? OBRA MAESTRA. Más buenas noticias sobre ficción europea. La minoría selecta de espectador­es que todavía compra series en DVD o BluRay legales puede experiment­ar la inmensa satisfacci­ón de comprar y ver 1864 (que hace unos meses emitió Canal+). Se trata de una superprodu­cción de la televisión danesa que consigue aunar las virtudes del atrevimien­to formal y narrativo a partir de un episodio histórico y sanguinari­o de la historia europea. La ambición narrativa y la grandiosid­ad visual de la serie justifica los 32 euros que cuesta el pack. (Corrección: el martes hablé de la serie Waynard Pines cuando, en realidad, se dice Wayward Pines. Mea culpa).

El nivel formal de la ficción televisiva local puede competir perfectame­nte con produccion­es importante­s europeas

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