Todo está muy Caro
El artista colombiano, un referente del arte conceptual, protagoniza su primera antológica en Barcelona
Dice Antonio Caro (Bogotá, 1950) que sólo pudo entender de verdad un verso de César Vallejo (“En Lima está lloviendo el agua sucia de un dolor...”) cuando tuvo ocasión de viajar a la capital de Perú. “Supe entonces que en Lima no llueve nunca, y saberlo es lo que activó en mí el vuelco poético de un verso que hasta ese momento me parecía más o menos hermoso”. Caro, una figura clave del arte conceptual en Colombia, echa mano de la anécdota personal para hablar de la complejidad de lectura de una obra como la suya, que se alimenta de la palabra y del contexto, difícil de exportar. “Pero no me quejo –precisa–, creo que yo me autodeterminé”. Tal vez eso explique por qué su arte ha tardado más de treinta años en darse a conocer ampliamente en España. El pasado marzo fue una de las estrellas de Arco Colombia en Madrid, con la antológica Todo está muy Caro, y ahora llega a Barcelona (hasta el 20 de mayo) en lo que significa la puesta de largo del novísimo Espacio Espronceda (Espronceda, 326).
El arte de Antonio Caro se podría encuadrar dentro de una cierta guerrilla visual (así lo bautizó, “guerrillero visual”, el artista y crí- tico Luis Camnitzer, y a él todavía se le encoge el alma al recordar el temor que aquellas palabras le producirían años después cuando fue detenido por error por la policía uruguaya), pero aun admitiendo que más que la plasmación de su obra lo importante es la comunicación de ideas, se resiste a la idea misma de arte y de artista. En los talleres que imparte por toda América Latina –o semanas atrás en Barcelona– prohíbe a sus alumnos las palabras arte y artista. Cada vez que uno de ellos infringe la norma ha de depositar una moneda en un vaso y al final se van de copas con el bote. “El mundo del arte es cada vez más cerrado, no me interesa. Lo que no se desborda, lo que no va más allá de sus propios límites, no funciona”.
De su obra destaca Brahim “el uso poético y político de la palabra”, “la subversión de los códigos publicitarios” o “un sentido crítico agudo y cargado de humor”, rasgos Adams). En Todo está muy Caro, título tomado de una pieza de 1978, recorre prácticamente toda su trayectoria, no excesivamente prolífica –“es muy difícil crear, las ideas cada vez tardan más en llegar”–, pero plagada de clásicos que no pierden vigencia.
Tras la inauguración de ayer, en la que Caro protagonizó la acción Achiote ( dibujó en los rostros del público con el tradicional pigmento), el artista charlará hoy (18 h) con la comisaria internacional Catherine David, subdirectora del Musée National d’Art Moderne del Centre Georges Pompidou, y con Miriam Estrada, responsable de Espacio Trapézio.