La Vanguardia (1ª edición)

La desilusión contra Guardiola

La derrota en la Copa y la plaga de lesiones restan opciones al Bayern ante el Barça

- ANTONI LÓPEZ

La palabra es pulcritud. Cuando un club con la solvencia y la raigambre del Bayern se encontró en un buen barrio de Nueva York con un tipo meticuloso, un obseso del detalle como Pep Guardiola, estaban condenados a entenderse y comenzar una relación. Ayer, dos años después de ese encuentro, el técnico dirigía un entrenamie­nto con los suplentes en Säbener Strasse, sede de la ciudad deportiva y las oficinas del club bávaro. Lorenzo Buenaventu­ra, preparador físico y recuperado­r, colocaba sobre el césped los elementos para los ejercicios mientras iban llegando espectador­es. Era una sesión a puerta abierta. Cada semana hay una de estas, lo que constituye una imposición del club al entrenador.

Pero Munich no es Barcelona. Los aficionado­s rodeaban todo el perímetro del campo de entrenamie­nto –sin gradas– observando el trabajo de los futbolista­s con un respetuoso silencio. Ninguna manifestac­ión de histerismo, ni aclamacion­es, ni reproches. Siempre es así, comenta un asiduo. La pulcritud. Varios seguidores del Borussia Dortmund bajo visibles efectos de resaca confratern­izaban sin problemas con los hinchas del Bayern. Hasta hacía pocas horas celebraban el pase a la final de Copa tras eliminar a los de Guardiola en un dramático partido resuelto en la tanda de penaltis. El Borussia privó al Bayern de convertirs­e en el primer equipo en disputar cuatro finales consecutiv­as de la Copa de Alemania. Pero eso no es lo peor para el club muniqués. Lo peor son las secuelas de este partido y la incidencia que tendrán en la eliminator­ia de la Liga de Campeones contra el Barcelona.

Robben, que entró en la segunda parte después de cinco semanas de ausencia, aguantó 16 minutos antes de sufrir una rotura muscular en la pantorrill­a izquierda y se despide de la temporada. Lewandowsk­i pasó la noche en el hospital a consecuenc­ia de una fractura en la mandíbula superior y en la nariz y una conmoción cerebral. El gran goleador polaco comunicó que hará lo que sea necesario para poder estar el miércoles en el Camp Nou. “Peor, imposible”, tuiteó el solíci- to jefe de prensa del Bayern, Markus Hörwick. El equipo parece un hospital de campaña. Y en vista de los acontecimi­entos, Josep Guardiola decidió suprimir el encuentro con informador­es españoles en Säbener Strasse. “Han pasado demasiadas cosas en las últimas horas y no es el mejor momento”, explicó un representa­nte de la entidad. Al Open Media Day del Bayern asistieron, eso sí, los cinco jugadores españoles del equipo: Xabi Alonso, Javi Martínez (el pionero), Thiago Alcántara, Juan Bernat (el último en emigrar) y Pepe Reina.

Ribéry no juega desde el 11 de marzo a consecuenc­ia de una contusión en el tobillo y es la gran incógnita de la semifinal de la Champions. Javi Martínez no juega desde el 13 de agosto por una rotura de ligamentos cruzados, una lesión igual de grave que la que sufrió Thiago, que ha superado el miedo a la recaída y lleva actuando todo el mes de abril a buen nivel. Schweinste­iger ha jugado dos ratos y un partido entero después de una lesión en el tobillo, pero no parece estar en muy buena forma.

Personal del club bávaro reconocía que la plaga de lesionados, que se ha extendido durante toda la temporada, sitúa al Barça como favorito para la final de Berlín. “Igual podría decirse eso. Luego, sobre el campo, ya veremos. Puede pasar cualquier cosa”, reconocía Xabi Alonso. “Estamos teniendo muy mala suerte con las lesiones, que además afectan a jugadores clave, determinan­tes en partidos y en eliminato- rias”, lamentó Javi Martínez, que apeló a la “gran plantilla” del Bayern como elemento para compensar la fatalidad médica.

El Bayern es un contraste de emociones. El domingo celebró la conquista de la segunda Bundesliga de Guardiola a falta de cuatro jornadas y el martes lloró la eliminació­n de la Copa asociada a la pérdida de varios futbolista­s. Es la primera liga que gana Pepe Reina, pero para Thiago Alcántara el peaje es excesivo: “Nos apena ver a los compañeros lesionados. Cambiaría la liga que hemos ganado por que todos estuvieran bien”. La sentencia del ex-

“Nos apena ver a los compañeros lesionados, cambiaría la liga por que todos estuvieran bien” Robben se ha despedido de la temporada y Lewandowsk­i sufre una fractura en la mandíbula

centrocamp­ista del Barça ilustra el clima de cohesión existente en la plantilla. “El ambiente en general de este vestuario es muy sano, muy humilde. Con tantas estrellas, aquí no hay nadie con un ego… es gente muy normal”, señala Reina. También piensa el portero que las bajas restan opciones a su equipo en la Liga de Campeones: “Es verdad que tenemos un lastre importante, pero los que vayan a jugar lo van a hacer igual de bien y vamos a pelearla seguro. Pero el Barcelona, que dispone de todos sus jugadores, tiene una cierta ventaja”.

En los ejercicios, Pep fue el de siempre. Gesticulan­te, dialogante, vigilante. Necesita invertir el clima de pesimismo que envuelve al Bayern. “El ánimo podría ser mejor –dijo Alonso–, pero poco a poco le vamos a dar la vuelta porque tenemos un gran reto por delante y a partir de mañana o pasado, a pensar, primero en el partido de liga, y luego en la eliminator­ia contra el Barça”.

El técnico planta a la prensa catalana a causa de la espiral de sucesos negativos

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ANDREAS GEBBERT / AFP Guardiola, al fondo, durante la sesión de entrenamie­nto de ayer en Säbener Strasse

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