Demasiados ‘legionarios’
Moscú. Corresponsal
Rusia se encuentra en un momento de crisis económica, así que ha llegado la hora de mirar cada kópek antes de gastarlo. El deporte ruso también ha sufrido en los últimos tiempos varias crisis de resultados que han molestado a las autoridades deportivas del país y que, en medio de las dificultades monetarias, les ha hecho preguntarse si merecía la pena tirar la casa por la ventana.
Más de un año se ha venido hablando de poner puertas al paraíso ruso, del que disfrutaron grandes estrellas de la Liga española, como Roberto Carlos y Samuel Eto’o. Un grupo de trabajo creado en 2014 propuso ir reduciendo la cuota de jugadores extranjeros en el fútbol ruso hasta los 128, menos de la mitad de los que juegan actualmente.
Hoy cada equipo puede alinear hasta sie- te jugadores sin pasaporte ruso, lo que deja sólo cuatro puestos para nacionales. La idea era ir pasando a un esquema 6+5 o a un 5+6. Los defensores del plan argumentaban que reducir el número de extranjeros, a quienes aquí se apoda de forma habitual como “legionarios”, aumentaría las posibilidades de desarrollo a los jugadores locales y, por ende, las de la selección nacional. La última Copa Mundial de Fútbol, la de Brasil, terminó dando la razón a quienes piden cambios. La selección rusa no pasó de la fase de grupos.
El gobierno ruso parece dispuesto a implantar fuertes restricciones a la participación de jugadores extranjeros en su primera división con el objetivo de fomentar a los locales antes del Mundial de 2018, que se disputa en Rusia. La semana pasada la Duma Estatal (Cámara Baja) aprobó en primera lectura una ley que da poderes al Ministerio de Deportes para introducir restricciones. Y el mar- tes el ministro, Vitali Mutkó, anunció que no le va a temblar la mano. “Vamos a reducir de manera muy dura el número de legionarios”, anunció.
La situación actual limita el talento de los jugadores locales, apuntó el ministro. “Me encantaba ver los partidos cuando jugaban chicos de nuestra cantera. Ahora tenemos sólo cuatro rusos en cada equipo y hay 16 equipos en la primera división. Cuenten cuántos rusos están jugando”, explicó.
La discusión de este último año no se ha limitado al exceso de futbolistas extranjeros, sino también a los entrenadores y equi-
Moscú teme que el exceso de foráneos, siete por equipo, afecte a la selección rusa Las reducciones podrían afectar también a los entrenadores y, además del fútbol, a los demás deportes
pos técnicos. El italiano Fabio Capello dirige la selección rusa desde hace tres años. Y tampoco sólo al deporte rey, sino a casi todos los demás, desde el esquí alpino, cuya selección rusa dirige el esloveno Urban Planinsek; hasta al judo, cuyo seleccionador es el italiano Ezio Gamba. Campeón olímpico en Moscú-80, en 2012 volvió a ser considerado un héroe en Rusia, ya que en los Juegos de Londres los yudocas rusos lograron sus primeras medallas de oro de la historia.
El primero que propuso la idea de imponer un límite a los jugadores foráneos fue el presidente Putin, el año pasado. Ocurrió tras el decepcionante resultado de la selección de hockey sobre hielo en los Juegos de Invierno de Sochi, cuando los rusos fueron eliminados en cuartos de final.
Las futuras decisiones, unida a una crisis que planea sobre la ficha de los jugadores, pueden marcar la carrera de las estrellas del momento, como la del belga Axel Witsel, del Zenit de San Petersburgo, quien, según la prensa local, es el mejor pagado en Rusia. Él podría encontrar acomodo en el Manchester United o en el Juventus, según varias informaciones. También puede condicionar el futuro del delantero alemán Kevin Kuranyi, del Dínamo de Moscú.
Y en el aire también estaría el ser o no ser de grandes jugadores locales. Según el diario Izvestia, el Zenit renovará a Andréi Arshavin (ex del Arsenal), cuyo contrato finaliza en verano, dependiendo de la cuota de extranjeros.