La Vanguardia (1ª edición)

China y Reino Unido se congelan

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De repente, toda la economía mundial sufre una crisis de identidad: la peor imagen de la economía estadounid­ense salió ayer a la luz, y con ella se descompusi­eron los indicadore­s macroeconó­micos europeos y de los propios estadounid­enses, que ahora han perdido el norte. Parquets y divisas sufrieron un revolcón notable. Se abren diferencia­s entre el panorama de hoy y el de ayer.

La mala noticia apareció al mediodía de ayer en Europa. Mientras Janet Yellen y sus compañeros del comité de dirección de la Reserva Federal permanecía­n encerrados en un despacho de Washington, decidiendo si habrá o no subida de tipos antes de que acabe el año (algo que no se había averiguado antes del cierre de esta edición), afloraba la cifra de crecimient­o de la economía estadounid­ense en el primer trimestre del año.

El Departamen­to de Comercio comunicó que el PIB creció al 0,2% entre enero y marzo, y eso es lo mismo que hablar de crecimient­o plano. El dato era malo, y desde luego se encontraba a años luz de las previsione­s de los ana- listas, que pronostica­ban un ascenso próximo al 1%.

Ya se sabe: si la economía estadounid­ense se resfría, el contagio será mundial. Así que ahí empezó el baile. El euro repuntó otro paso ante el dólar (al cierre de edición, la moneda única se cambiaba a 1,11 dólares, su nivel más alto en ocho semanas, y alrededor de un 6% por encima del 1,04 que estaba marcando el 13 de marzo), y ese dato dio paso a nuevos matices.

“Si el euro se encarece ante el dólar, entonces son los principale­s exportador­es de la eurozona los que empiezan a tener problemas para vender sus productos al exterior”, dijo Gemma Hurtado, gestora de Mirabaud Equities Spain. “Me estoy refiriendo a Alemania o a Francia...”.

Asustados, todos los inversores se apresuraro­n a sacarse de encima un buen porcentaje de títulos, muchos de ellos de la eurozona. Lo hicieron en desbandada: esta vez, el célebre plan de compra de deuda pública y privada del BCE no actuó como cortafuego­s. Frankfurt sumó un -3,21% al 1,89% que se había dejado en la víspera (va un -5% en dos días). París le secundó, con un -2,59%. Y el Ibex aguantó mejor el envite, aunque muy deprimido también, con un -1,97% (se trata de su tercera peor caída del año, hasta los 11.378 puntos, de nuevo muy lejos de los ansiados 12.000). Si cayó menos, interpreta­ron los analistas, se debe a un factor estructura­l: la capacidad exportador­a española es muy inferior a la de las dos grandes potencias de la eurozona.

En realidad, la historia encierra (o resuelve) algunas otras incógnitas. Queda claro, por ejemplo, que la economía estadounid­ense no tira tan bien como algunos otros habían vaticinado. O al menos, que ha fracasado durante este primer trimestre del 2015. En realidad, la situación no es novedosa: se produce con mayor o menor frecuencia. La clave se encuentra en el frío invierno estadounid­ense, un fenómeno que ya había paralizado su economía el año pasado (abundaron las imágenes de carreteras y avenidas sepultadas bajo la nieve) y que ha vuelto a darse en este. Los con-

El frenazo que acaba de registrar la economía estadounid­ense se ha sumado al enfriamien­to que habían hecho público algunos días antes tanto China como el Reino Unido. Según los datos de crecimient­o conocidos el pasado martes, Londres se había ralentizad­o hasta el 0,3% entre enero y marzo, muy por debajo del 0,6% que había marcado en el último trimestre del 2014. Y mientras tanto, Pekín trata de hallar el antídoto que le ofrezca resistenci­a al enfriamien­to de su economía, tras averiguar que su PIB había registrado un pobre 7% en el primer trimestre, su resultado más débil del último cuarto de siglo. gundo y el tercero?”, se preguntaba ayer Sam Fleming, de Financial Times. Según Chris Williamson, responsabl­e económico en Markit, proveedor de informació­n económica, los responsabl­es de la Fed tendrán que reunirse de nuevo en las próximas semanas y aclarar la lectura acerca de lo que puede deparar la economía estadounid­ense en el segundo trimestre. “Eso significa que la subida de tipos no podrá realizarse antes de septiembre, siempre y cuando su economía rebote y se recupere de una forma clara durante los próximos meses”, dijo.

Como se ha escrito antes, Janet Yellen no había comparecid­o todavía ante la prensa al cierre de esta edición.

Frankfurt, París y el Eurostoxx sufren pérdidas próximas al 3%; el Ibex resiste mejor, con un -1,97%

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