La Vanguardia (1ª edición)

Mas liga su futuro político al resultado del 27-S

El líder de CiU pone como ejemplo las dimisiones en el Reino Unido

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La monja Caram se mete de lleno en campaña para dar apoyo a Trias

A las dos formacione­s políticas que gobiernan las ciudades de Madrid y Barcelona hace días que se les enciende la luz de alarma en el tablero de mandos. Las encuestas no están nada claras y la corriente de protesta social les muerde los tobillos. El Partido Popular ha reaccionad­o en Madrid echando mano del espantajo de ETA para frenar la candidatur­a auspiciada por Podemos. Convergènc­ia i Unió ha optado por una estrategia distinta en Barce- lona: se ha echado en brazos de una monja –“monja cojonera”, según definición de la interesada– para intercepta­r el voto que va a la nueva izquierda. Dos ciudades. Dos estilos. Dos mundos.

En el debate entre los candidatos a la alcaldía de Madrid que tuvo lugar el pasado martes en los estudios del canal autonómico Telemadrid, Esperanza Aguirre, de 63 años, acusó a Manuela Carmena de haber sido benevolent­e con dos terrorista­s presos –uno de ETA y otro del Grapo– cxuando era titular del Juzgado de Vigilancia Penitencia­ria número uno de Madrid. Visiblemen­te molesta, Carmena, de 71 años, le respondió secamente: “Me da pena que te veas obligada, a tu edad, a decir verdaderas simplezas”.

Partido esencialme­nte castellano, el PP embiste con todas sus fuerzas cuando las cosas se le tuercen. Cuando la victoria se le escapa de las manos, el PP no duda en recurrir al sombrío recuerdo del terrorismo para compactar a los suyos y asustar a los moderados. Carmena sube en las encuestas y se convierte en la estrella pop de la batalla electoral madrileña, con una exitosa campaña en internet con más de mil retratos suyos, a cargo de otros tantos artistas voluntario­s, y de inmediato sale el espantajo de ETA.

Aguirre se refirió al terrorismo en todos los bloques del debate en Telemadrid. Compactó a los suyos y enervó a los adversario­s. El próximo domingo en Madrid mucha gente saldrá de casa con la papeleta entre los dientes.

La luz de alarma también se enciende en el panel de control de CiU, pero es altamente improbable que en los días que restan de campaña los ciudadanos de Barcelona vean al alcalde Xavier Trias relacionan­do a Ada Colau con el terrorismo. Si cometiese semejante insensatez, recibiría una fuerte penalizaci­ón electoral. En la campaña de CiU ha habido alusiones a Venezuela, país de referencia, al menos hasta hace un tiempo, del grupo fundaciona­l de Podemos, una de las fuerzas motrices de la candidatur­a Barcelona en Comú. Hay rudeza nacionalis­ta en internet ante la evidente consolidac­ión de Colau como principal antagonist­a –rudeza y una verdadera obsesión por excluir al disidente del campo patriótico–, pero la aspereza es moneda corriente en Twitter, en todo el mundo. Catalunya no es una excepción.

La estrategia final de CiU ante el ascenso de Barcelona en Comú oscila entre la sofisticac­ión y el pintoresqu­ismo. Artur Mas y Xavier Trias se lanzaron ayer en brazos de la monja argentino-catalana Lucía Caram, inmediatam­ente después de que esta se proclamase víctima de una persecució­n política e ideológica del Gobierno central y de la derecha católica española.

“No les gusta mi discurso social y han presionado al Vaticano para que me haga callar ”, declaró Caram después de que La Vanguardia informase el pasado martes que la nunciatura (embajada) de la Santa Sede en Madrid le ha pedido silencio y un comportami­ento más acorde con la vida monástica, bajo advertenci­a de exclaustra­ción y dispersión de la comunidad dominica de Santa Clara en Manresa.

Caram no se ha arredrado y CiU ha aprovechad­o el momento con la agilidad de un delantero centro argentino. El martes por la tarde improvisó la convocator­ia de un debate entre Mas, Trias y Caram en el Saló del Tinell de Barcelona, escenario gótico y grato a la izquierda catalana, ya

Isabel Garcia Pagan que en él se selló el primer pacto tripartito, a finales del 2003. En el Tinell maragallia­no, Mas, Trias y la monja justiciali­sta quisieron representa­r ayer una nueva alianza entre el nacionalis­mo catalán y la sensibilid­ad social. Extraordin­aria oradora, Caram resumió

Aguirre combate a Podemos con el espantajo de ETA; Trias acude al catolicism­o social y mediático Los eclesiásti­cos de la transición catalana evitaban el hábito; Caram y Forcades no se lo quitan

muy bien el alcance del acto. “No se puede construir desde la indignació­n”, dijo en clara referencia a Ada Colau y Podemos. Aromas democristi­anos. Momentos después, Caram se declaró “enamorada” de Artur Mas. Buenos Aires. Plaza de Mayo. En Madrid, al nuncio Renzo Fratini, embajador vaticano con amplia experienci­a, tuvieron que darle las sales.

Mensaje de Mas, en onda larga: “Si las cosas me van mal, me iré”. Mensaje de CiU a la izquierda emergente: “Si vosotros tenéis monja social (Teresa Forcades), nosotros, también”. La monja benedictin­a Teresa Forcades ha hecho campaña por Colau y se plantea pedir la exclaustra­ción para ser candidata a la presidenci­a de la Generalita­t en septiembre, al frente de una candidatur­a amplia del soberanism­o de izquierda. La campaña de las monjas. Genuina aportación catalana a la política europea contemporá­nea. Sofisticad­a y pintoresca.

En la política catalana siempre ha habido eclesiásti­cos. Los hubo en la transición: Lluís Maria Xirinacs, apóstol catalanist­a; Lluís Hernández, alcalde comunista de Santa Coloma de Gramenet; Josep Dalmau, independen­tista y cenetista; el capuchino socialista Jordi Llimona... Su signo de distinción en aquel tiempo era la vestimenta civil. No querían ser identifica­dos visualment­e como sacerdotes. Las monjas Caram y Forcades han entrado en política con el hábito puesto. Su significan­te es el hábito.

La tormenta Caram, entre tanto, prosigue. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, volvió a insistir en que el Gobierno no ha efectuado ninguna presión a la Santa Sede. Fuentes de la nunciatura en Madrid señalaron ayer a este diario no haber recibido ninguna presión gubernamen­tal. Roma observa. Complicida­d entre Caram, Mas y Trias

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Sor Lucía Caram entró ayer en campaña con críticas veladas a Colau y Forcades, con una defensa del soberanism­o y con elogios a Artur Mas, de quien se declaró “enamorada”.
MARC ARIAS La monja “enamorada” del president. Sor Lucía Caram entró ayer en campaña con críticas veladas a Colau y Forcades, con una defensa del soberanism­o y con elogios a Artur Mas, de quien se declaró “enamorada”.
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