Dímelo con un emoticono

El instituto Global Language Monitor, que mide el uso de las palabras en el mundo de habla inglesa, detectó que en el 2014 la palabra más popular no fue una palabra, fue un emoticono, la imagen de un corazón. En sólo cuatro años, desde que Apple introdujo en sus teclados el lenguaje de los emoticonos, la población de todo el planeta se ha acostumbrado a incluir en sus mensajes de móvil o en Instagram esos simpáticos iconos que representan una cara sonriente, unas manos aplaudiendo o un rostro con lágrimas de risa en los ojos. Los adultos se han apuntado con humor a una costumbre que hace las delicias de los niños. Vivimos un tiempo acelerado, donde imperan la inmediatez y la conectividad permanente. Los emoticonos dan calidez emocional a un mensaje apresurado o sirven para salir del paso cuando no se quieren dar respuestas demasiado sinceras. Es sólo un juego inocente, que tal vez pase pronto de moda. ¿Quién sabe qué nuevas formas de comunicación nos deparará el futuro?