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La importancia de la exportación como motor del crecimiento; y el fuerte impacto económico que representa el FC Barcelona para su ciudad.
Acuatro días vista de unas elecciones municipales de incierto resultado, el Barça difundió ayer un estudio sobre su impacto económico en la ciudad de Barcelona. La cifra resultante, que se basa en datos de la temporada 20132014, es muy abultada: 759 millones de euros anuales, es decir, el 1,2% del producto interior bruto ciudadano. Dicha cantidad no incluye el impacto en el área metropolitana ni en el resto de Catalunya, por lo que podría ser superior. Y, en cualquier caso, revela la significativa repercusión extradeportiva, en este caso la económica, que tiene el Barça en su ciudad.
Tras anteriores intentonas frustradas, el Barça se dispone ahora a emprender la reforma y ampliación de su estadio. El equipo que lidera Messi se halla en un excelente momento de juego, acaba de alzar el trofeo de la Liga y está metido en las finales de la Champions y de la Copa del Rey. Actualmente constituye una marca planetaria, con un potencial de crecimiento enorme. Hay ciudadanos de países desarrollados que viajan adrede a Barcelona para ver algunos de los partidos del Camp Nou. Hay chicos en los suburbios de todos los continentes que visten su camiseta. Y el 6% de los turistas que visitan Barcelona lo hacen atraídos, en primer lugar, por su primer club de fútbol.
Un somero análisis de estos datos y del potencial que de ellos se deriva nos indica que el Barça tiene todavía mucho camino por recorrer. De ahí los planes para transformar el estadio, que deberían materializarse entre el 2017 y el 2021, y cuya finalidad es, por una parte, adecuar las instalaciones a las necesidades y normativas actuales y, por otra, optimizar la explotación económica del club, un ámbito en el que las expectativas son muy prometedoras.
Estos objetivos, que responden a una lógica de buena gestión del club, tienen su correlato a escala ciudadana. Los datos divulgados ayer acreditan la condición del Barça como uno de los motores económicos de Barcelona. E invitan, por tanto, a las autoridades municipales a interactuar con el club, al objeto de mantener y aumentar en la medida de lo posible el impacto económico positivo de sus actividades sobre el conjunto de la ciudad... Hemos hablado de una invitación, pero quizás fuera más adecuado hablar, al menos desde la óptica de negocio, y también desde la de los intereses generales, de una obligación. Entre otros motivos porque no tendría ningún sentido desaprovechar unas oportunidades de negocio cuya sede insustituible es Barcelona y cuyo mercado tiene unas dimensiones globales más que golosas.