Italia detiene a un marroquí por el atentado de Túnez
El joven llegó al país en febrero, en patera y con nombre falso
Roma. Corresponsal Los peores temores se han confirmado. Las pateras que llegan del norte de África no sólo transportan a fugitivos de las guerras o a personas que aspiran legítimamente a construirse un futuro en Europa. También pueden infiltrarse terroristas. Ese sería el caso del joven marroquí Abdel Majid Touil, de 22 años, detenido cerca de Milán por su presunta participación en el atentado perpetrado en el museo del Bardo, en Túnez, el pasado 18 de marzo, que causó 24 muertos y 45 heridos.
La fiscalía de Milán actuó en virtud de una orden internacional de búsqueda y captura. Las autoridades tunecinas acusan a Majid Touil de cometer un múltiple homicidio premeditado, de conspiración contra la seguridad del Estado, de secuestro de personas y de usar el territorio nacional para el reclutamiento y el adiestramiento con fi-
S I R I A inteligencia italianos estaban controlando desde hacía un tiempo al joven marroquí. El material incautado en el apartamento que compartía con su madre y hermanos puede ayudar a avanzar en la investigación. No hay constancia de que Majid Touil frecuentara mezquitas. No opuso resistencia a su detención y se negó a declarar.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, y el titular de Interior, Angelino Alfano, felicitaron a la policía por el arresto, en un intento de capitalizar políticamente la operación. Pero también hubo quien arremetió contra el Gobierno. Lo hizo, con gran dureza, un diputado de la Liga Norte, Massimiliano Fedriga, durante la comparecencia de Alfano en la Cámara Baja. La Liga Norte, que aspira a obtener un buen resultado en las elecciones municipales y regionales del próximo 31 de mayo, está en contra de las operaciones de salvamento en el mar porque cree que incentivan a los traficantes y a los yihadistas que pueden utilizar las pateras para llegar a Europa.