La batalla de Sant Vicenç
Iñaki Ellakuría Frente al Casal d’Avis Can Ros un grupo de jubilados debaten vivamente. Al ser interrumpidos por el enésimo periodista que merodea estos días por Sant Vicenç dels Horts –nunca este municipio había recibido tanta atención mediática (ventajas o peajes de tener como alcalde a Oriol Junqueras)– lo miran primero con desconfianza; pero no tardan en opinar sobre el líder republicano.
“Es un buen tío, educado, pero no aparece por el Ayuntamiento, ni va a los plenos”, lamenta Francisco, un vete- rano militante comunista.
El resto del grupo asiente con la cabeza , al tiempo que señala el cartel electoral del candidato del PSC: la imagen de una silla vacía es acompañada por la leyenda “El alcalde que nunca está”.
Provocadora campaña que parece haber calado en una parte de los ciudadanos de este municipio, viejo bastión del PSUC y de ICV, donde el paro –el más alto del Baix Llobregat– se ha convertido en un problema estructural.
El PSC sabe, además, que el 24-M se dirime en Sant Vicenç algo más que la alcaldía. El miércoles estuvo Carme Chacón con el joven candidato, Miguel Comino, y hoy es Miquel Iceta el que se pasea por el centro del pueblo para llamar la atención sobre las “peculiaridades” de Junqueras. Advierte de que en el balcón del Ayuntamiento el republicano no tiene colgada la estelada pese a “tanto predicar”, como tampoco aparecen las siglas de ERC en su cartel electoral.
“Aquí Junqueras tiene un discurso muy diferente al que hace en TV3, el pueblo no es independentista”, afirma un joven frente al bar la Quimeta, uno de los puntos neurálgicos. No tiene claro su voto. Todo lo contrario que Montserrat, propietaria de una céntrica zapatería: “Voté por Junqueras y lo volveré a hacer, trabaja mucho por el pueblo”, asegura.
La batalla de Sant Vicenç parece, pues, aún abierta.