Sensatez en el caso Neymar
LA Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional se ha declarado incompetente para resolver una supuesta gestión fraudulenta en el fichaje del jugador brasileño Neymar en la que estaban encausados el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, y su antecesor, Sandro Rosell, para los que la Fiscalía pide penas de prisión, y el propio club, por lo que traslada el asunto a los tribunales de Barcelona. La decisión da la razón a la defensa, que presentó un recurso de incompetencia, y se inhibe por entender que el presunto delito se cometió en la capital catalana y que la cuantía de lo supuestamente defraudado no causó quebranto grave a Hacienda. Bartomeu, Rosell y el club dejan por tanto de estar acusados –si bien siguen imputados– hasta que decida el nuevo juez.
El caso Neymar ha estado rodeado de una precipitación fiscal y judicial asombrosa. Más allá de la coincidencia de resoluciones judiciales con triunfos deportivos del club blaugrana que dieron pábulo a teorías conspiratorias, hubo errores de bulto impropios. Sin ir más lejos, el anuncio de la apertura de juicio oral en la Audiencia Nacional cuando el recurso de incompetencia no se había resuelto. El fondo de la cuestión es si en el fichaje del jugador brasileño hubo pagos delictivos y si hubo voluntad de fraude a la Hacienda pública. En ambos casos, la defensa de los imputados rechaza que se cometiera delito alguno y que hubiera voluntad de engañar. A favor de esta tesis está el adelanto voluntario que el club hizo a Hacienda por una cantidad superior a la que, de existir fraude, se le hubiera requerido, hecho que en todo caso matizaría la supuesta voluntad de engaño. Otro elemento no menos relevante es que la diferencia de criterio en la fiscalidad del fichaje, que el club negociaba con los técnicos de Hacienda, fue asumida de forma sorprendente por la Fiscalía como una cuestión penal y trasladada a la Audiencia Nacional, lo que también provocó extrañeza en medios jurídicos y fiscalistas.
Sin ánimo de achacar parcialidad ninguna a medios judiciales y fiscales, lo cierto es que el caso Neymar se ha desarrollado en unas polémicas circunstancias que, con la decisión de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional de inhibirse, devuelven el proceso a su cauce normal. Puesto que la Fiscalía ha anunciado que presentará recurso contra la decisión de incompetencia, habrá que esperar la resolución. Y, como señalaba ayer un comunicado del club, cuya defensa ha ganado una primera batalla, hay que confiar en el buen hacer de los jueces en un asunto que no siempre parece haberse desarrollado con la sensatez obligada.