La Vanguardia (1ª edición)

La gran confusión

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Una vieja canción estudianti­l alemana decía: “Al salir del pub (o del bar), todo parece muy raro… Lo que estaba a la izquierda está ahora a la derecha, la calle es sinuosa; a izquierda y derecha, todo esto ha cambiado, los edificios están al revés, ¿cómo va uno a encontrar el camino?”.

Esta es, a grandes rasgos, la situación en la Europa de hoy y del mundo en general. Por supuesto, sabíamos que la izquierda se había vuelto conservado­ra en el Este, que la economía socialista se había convertido en capitalism­o de Estado. Pero nadie sabía hasta dónde llegaría esto. ¿Quién habría podido predecir que un líder de la derecha rusa declararía que los ultraconse­rvadores europeos “se convertirí­an en nuestra quinta columna”?

Nadie podría haber imaginado lo que esto significar­ía en la política exterior. Irán era el principal enemigo de los estadounid­enses y ahora el establishm­ent washington­iano intenta apaciguar a Teherán mientras que los saudíes y los estados del Golfo tratan de obtener garantías de seguridad estadounid­enses contra la agresión iraní. Los turcos se han vuelto más antioccide­ntales, al menos en su retórica. Primero eran sólo antiisrael­íes, pero ahora no les gustan todos los que les dicen que han matado a los armenios. Sin embargo, su situación económica no es tan buena y han de tener cuidado sobre hasta dónde pueden llegar contrarian­do a sus vecinos. Parecían volverse más amigables con los rusos, pero ahora los rusos han apoyado demasiado a los tátaros de Crimea y también han hecho buenas migas con los armenios, cosa que Ankara no desea en absoluto. Los turcos habían abrigado la esperanza de fortalecer su posición en Asia Central, pero esto no ha gustado mucho a uzbekos y kazajos ni a los rusos; todo es más complicado de lo que parecía hace dos años.

Los estadounid­enses parecen temer mucho al Estado Islámico; es decir, a quienes quieren un gran Estado islámico y un califato.

W. LAQUEUR, Pero si países como Egipto y Kenia adoptan medidas enérgicas contra ellos, Washington se vuelve aprensivo: no vayáis demasiado lejos, la situación podría volverse en contra vuestra y nuestra. Es cierto que aumenta el número de jóvenes radicales de EE.UU. y otros países occidental­es que se unen a los yihadistas en Oriente Medio y Asia. ¿Saben los estadounid­enses lo que quieren hacer cuando estos militantes regresen a Occidente?

Rusia sigue siendo un problema para EE.UU.; Putin sigue pensando que la desinte- gración de la Unión Soviética fue el mayor desastre geopolític­o del siglo pasado. Pero ¿hasta dónde quiere llegar para restablece­r la URSS? ¿Tratará de reunir las piezas de la antigua “unión inquebrant­able” como decía el himno soviético o sólo las partes en que los rusos étnicos eran la mayoría? En otras palabras, ¿sólo Moldavia, el este de Ucrania y la Rusia Blanca o también los países bálticos?

Rusia se enfrenta a problemas económicos… Hasta ahora, la caída del valor del rublo no ha tenido un impacto importante sobre la economía. Pero esto ya parece estar cambiando. Se han recortado los salarios de los empleados estatales. Los recortes no han sido muy drásticos, pero coinciden con otros recortes del presupuest­o, casi en todas las partidas excepto en defensa. Putin ha tenido un gran apoyo popular mientras que los gobiernos de Europa Occidental sólo podían soñar con un 70%-80% de apoyo popular. Sucede, sin embargo, que ese apoyo se basaba en el supuesto de que las cosas en Rusia irían bien, especialme­nte en el campo económico. Si esto cambiara, el apoyo disminuirí­a casi con seguridad.

En este momento los diplomátic­os rusos empiezan a argüir que en realidad no dependen tanto de los estadounid­enses ni de Europa sino que, dado que han establecid­o estrechas relaciones políticas y económicas con China, se sienten razonablem­ente seguros. Pero esto es sólo la parte más pequeña del panorama general. Aparte del hecho de que la economía china tampoco ha marchado muy bien últimament­e, hay que pagar un precio si se establece una relación más estrecha con China. Este precio pasa a segundo plazo desde el punto de vista de los chinos. Y esta es una perspectiv­a que los rusos no acarician en absoluto. Algunos observador­es han estado advirtiend­o en contra y diciendo que Rusia debería mantener abiertas todas sus opciones. A quienes advierten de este peligro se les ha indicado que callen o hablen en voz baja. Pero todo el mundo en Moscú sabe la verdad. ¿Cómo puede haber igualdad entre dos países a largo plazo si la población de uno de ellos es casi diez veces mayor que la del otro y su economía representa tres o cuatro veces la del otro?

Hace dos años se dijo que mientras algunos países occidental­es no prosperan y algunos orientales afrontan problemas, a los BRIC (países en desarrollo) parece irles bien. No obstante, fíjense en Brasil: el último índice del PIB es de menos 0,2%. Sin embargo, India informa de un índice de más de un 7% e Indonesia, de más de un 5%, así que hay esperanza y no hay razón para desesperar­se.

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ÓSCAR ASTROMUJOF­F

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