Antibióticos y ganadería

Señores ministros de Agricultura y Sanidad, como médico me preocupan enormemente las consecuencias de la cría masiva de animales para el consumo humano, animales que son tratados con antibióticos y hormonas para aumentar su velocidad de crecimiento.

Este hecho está repercutiendo gravemente en la salud de las personas que consumen estos animales. Los médicos vemos cada día como las infecciones bacterianas son cada vez más resistentes a la acción de los antibióticos, lo que significa que tenemos menos medios para tratar infecciones inicialmente banales.

Además, la cría intensiva de animales supone un trato cruel para ellos. Y lo más triste es que parte de la carne producida acaba en la basura, porque producimos más de la que consumimos. Me preocupa también la contaminación del medio ambiente que este tipo de granjas conllevan, que, a la larga, acaba perjudicando también la salud de las personas.

Y añado el último punto: el empleo masivo de hormonas junto con los pesticidas usados en la agricultura intensiva están incrementando los cánceres hormonodependientes, hacen que nuestras hijas tengan un desarrollo precoz y aumentan los riesgos de que suframos enfermedades asociadas a las hormonas.

Por todo ello les pido que reflexionen y se pongan de acuerdo en un marco regulatorio fuerte para prohibir el uso preventivo de antibióticos en el ámbito de la ganadería, y que implementen mecanismos sólidos para que tanto veterinarios como empresas de alimentación y ganaderos cumplan con estas leyes.

Atiendan a la voz de su conciencia antes de tomar decisiones que acaben perjudicando el futuro de las nuevas generaciones de hoy.

ANA ALESÓN CABRERIZO

Barcelona