Testigo del boom
scar Collazos llegó a Barcelona en 1972 atraído por la onda expansiva del boom latinoamericano. Aunque el escritor y columnista colombiano no es considerado por los expertos como integrante de ese movimiento, sí se convirtió en uno de sus observadores más privilegiados, así como en protagonista y fuente de numerosas anécdotas gracias a la amistad que trabó con los grandes autores de aquella ola renovadora.
De hecho, las obras de Collazos más destacadas por la crítica fueron editadas ya en este siglo. En muchas de sus novelas el denominador común es el sangriento conflicto armado colombiano, que ya dura más de cincuenta años. En su última obra, Tierra quemada (2013), se centraba en el drama y la violencia que sufren los miles de desplazados, y especialmente las mujeres, por una guerra que parece estar a punto de acabar.
Otros textos apreciados son Rencor (2006) y Señor sombra (2009) o En la laguna más profunda (2011). Collazos debutó en la novela con Crónica de tiempo muerto (1975) y Los días de la paciencia (1976), aunque antes ya había publicado libros de cuentos, género que cultivó, al igual que el ensayo y los artículos periodísticos de opinión.
Collazos es uno de los damnificados por la teoría del parricidio, como se definió a la necesidad de los escritores colombianos de desmarcarse literariamente del omnipresente García Márquez. El propio autor se lo explicó al periodista de La Vanguardia Xavi Ayén para su monumental tratado Aquellos años del boom (RBA, 2014): “En Colombia publico mi primer libro de cuentos en 1967 y ya me llaman ‘hijo del boom’ ¡en el 68! Los de después empezamos a tener aceptación editorial gracias a ellos”. No obstante, Collazos estaba vinculado a la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), fundada por Gabo, a quien frecuentó en Barcelona y de quien escribió ensayos elogiosos.
Antes de aterrizar en Cata- ÓSCAR COLLAZOS (1942-2015)
Escritor colombiano lunya, dirigió durante casi dos años el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas de La Habana y formó parte del prestigioso premio de la politizada institución cubana. Esa cercanía con el régimen castrista le llevó a protagonizar una polémica con Julio Cortázar, a quien apoyó Vargas Llosa. Collazos se refirió al escritor argentino como ejemplo de que la novela de la época no recogía suficientemente la cambiante realidad del momento, lo que podía leerse como una falta de compromiso social. Cortázar respondió al colombiano en buenos términos y alegando que “la novela revolucionaria no es solamente la que tiene un ‘contenido’ revolucionario, sino la que procura revolucionar la novela misma”.
Nacido en Bahía Solano, en el Pacífico colombiano, Collazos estudió Sociología en la Universidad Nacional de Bogotá y teatro en Cali. Vivió hasta 1989 en Barcelona, donde fue profesor o miembro del equipo de lectores de la editorial Planeta, entre otras actividades, y se casó con la también escritora Núria Amat, con quien tuvo a su hija Laia, motivo por el que regresaba a la capital catalana casi todas las navidades desde Cartagena de Indias, donde residía.
No dejó de escribir su columna en El Tiempo hasta poco antes de su muerte, a los 72 años, el pasado domingo en un hospital de Bogotá, pese a la dolorosa enfermedad que padecía, esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Incluso se permitió despedirse de sus lectores por Twitter y desmentir la noticia de su muerte, anunciada falsamente una semana antes del óbito.