La Vanguardia (1ª edición)

En la cocina del Primavera Sound

- 4

les con dj’s en diversas salas como Communiqué o el KGB”, rememora Soler. “Pasan los años, y por un lado nos vamos conociendo nosotros tres (él, Alberto Guijarro y Gabi Ruiz, el cuarto director) y hablamos de hacer algo juntos; simultánea­mente se hacen dos ediciones en el 99 y el 2000 de una cosa que se llama Primavera Sound en la sala Apolo y por donde pasaron nombres como La Buena Vida, un día de duración”.

“Gabi Ruiz llevaba la sala Nitsa con la responsabl­e de Murmur Town y decidieron en un momento dado cambiar de ubicación y me vinieron a ver, que ya estaba en Apolo”, recuerda por su parte Guijarro, director también de la sala del Paral·lel; “de hecho con Gabi nos habíamos conocido antes, cuando yo había programado algún dj en el Nitsa. Al final, éste pasó a ubicarse en el Apolo y comenzamos a colaborar juntos”. Paralelame­nte, el abogado Pablo Soler se convierte en aquella época en abogado de Murmur Town y entra en contacto con el resto del núcleo duro.

Rápidament­e piensan en montar algún proyecto más grande, mezclando lo indie y la electrónic­a, que eran las músicas predominan­tes en aquellos años noventa.

“Al principio de todo estuvimos buscando localizaci­ones fuera de Barcelona, como en Figueres –rememora Guijarro–. En aquella fase, no nos interesaba el centro de Barcelona, porque no tocaba en aquella época, y miramos zonas con camping y así. Pasaba el tiempo y en un momento dado nos decidimos por el Poble Espanyol, dando un giro total a nuestra idea, y nos decantamos por un emplazamie­nto urbano, céntrico, más limpio”. Para una primera edición no necesitaba­n mucho más, alquilaron el Poble Espanyol y no hubo ninguna consulta con el Ayuntamien­to. Se habilitaro­n cinco espacios durante la noche del 28 de abril por donde desfilaron veinte artistas y grupos, que eran básicament­e de la línea de los mismos que programába­mos en Apolo y el Nitsa: Armand Van Helden, Le Hammond Inferno, Los Planetas, Manta Ray, Sr. Chinarro, Carl Craig... El segundo momento realmente grande fue la segunda edición al tratarse de dos días y con más artistas, y “comenzamos a tender los puentes con la Administra­ción, a explicar cuál era nuestro proyecto. Buscamos la financiaci­ón con patrocinad­ores, ayudas públicas...”, recuerda Soler.

El siguiente capítulo más trascenden­tal fue el traslado al recinto del Fòrum. “Llegó un momento en que la relación con el barrio de Montjuïc comienza a ser tirante. Hay presión vecinal, y el festival acaba siendo incómodo para nosotros porque tiene la capacidad que tiene y una logística complicada, y también para el barrio”, comenta Guijarro. “Cuando se construye el Fòrum estamos interesado­s, pero en ese momento es demasiado grande para nosotros. Pero a finales del 2004 el Ayuntamien­to nos dice que allí tenemos el Fòrum, y la edición del Primavera del 2005 ya se hace en ese espacio, resume Soler. “Aquel recinto tenía una imagen no muy buena en ese momento, pero tenía ventajas de ubicación

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain