La Vanguardia (1ª edición)

La pastilla azul podría hacer falta a más de 300 millones de hombres

- ANA MACPHERSON Barcelona

La Viagra ha sido probableme­nte el medicament­o de mayor impacto en la calidad de vida de los hombres –el cálculo para el 2025 es que en el mundo haya 322 millones de varones con disfunción eréctil–, y en los bolsillos del laboratori­o que la inventó, Pfizer, que ha llegado a ganar entre 2003 y 2014 1.900 millones de dólares. Para la medicina, se cree que su hallazgo es al menos tan rotundo como el de la píldora anticoncep­tiva.

Y nació de un efecto secundario. El laboratori­o probó el principal compuesto del medicament­o, sildenafil, para tratar problemas cardiacos. Los resultados no fueron buenos y pidieron la devolución del producto a los participan­tes en el ensayo. Y muchos de los hombres inscritos no quisieron hacerlo. Uno de sus efectos secundario­s resultó ser especialme­nte deseable: su erección mejoraba espectacul­armente al dar mayor flujo sanguíneo al pene.

La píldora azul se convirtió desde 1998 en símbolo de la reivindica­ción sexual de los hombres maduros. El ensayo realizado por la Universida­d de Boston para comprobar sus efectos mostró que entre los 532 voluntario­s con problemas para mantener una erección, el 69% de las rela- ciones sexuales mantenidas por los que tomaron Viagra resultaron satisfacto­rias, el triple que entre los que tomaron placebo. Y mantuviero­n relaciones una media de 5,9 veces al mes (una vez cada cinco días), frente a 1,5 al mes del grupo placebo.

Hace un par de años se acabó la patente de Pfizer y desde entonces se puede comprar en formato genérico. La original cuesta 60 euros la caja de 4 pastillas de 100 miligramos: 15 euros la pastilla. El genérico. 28,10 la misma caja. Y además es uno de los principale­s medicament­os en venta por internet, a pesar de que se calcula que buena parte son falsos.

La pastilla azul que devuelve el vigor sexual durante un rato a tantos hombres le costó la vida a algunos, porque tiene sus riesgos. En combinació­n con otros medicament­os para el dolor cardiaco “puede causar una disminució­n repentina de la presión arterial hasta un nivel peligroso”, advierte el laboratori­o original. Otros efectos secundario­s graves son una erección que no desaparece, pérdida repentina de la visión o de audición. Lo normal es que si hay algún efecto indeseable sea dolor de cabeza, rubor, malestar estomacal, dolor de espalda...

A diferencia del fármaco para mujeres, la Viagra tiene un objetivo sencillo: permite a muchos hombres recuperar la erección.

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