La Vanguardia (1ª edición)

El niño con difteria podría llegar a necesitar un trasplante de corazón

La familia del pequeño de Olot se siente engañada sobre la vacunación

- Barcelona/Girona

El niño de Olot que sufre difteria, el primer caso en los últimos 28 años en España, sigue muy grave en cuidados intensivos de Vall d’Hebron. La afectación más preocupant­e en un cuadro tan grave como el suyo suele ser la cardiaca y de los problemas de funcionami­ento del corazón penden otros muchos fallos, como el renal. Por eso el esfuerzo terapéutic­o se suele centrar en que normalice esas otras funciones para poder plantearse un trasplante de corazón. El suyo está muy afectado por la toxina que genera la bacteria de la difteria y le ha provocado una miocarditi­s muy severa.

Los padres del pequeño están “destrozado­s y se sienten engañados” por los grupos antivacuna­s, que les convencier­on para no inmunizar a sus hijos, según explicó ayer el secretario de Salut Pública, Antoni Mateu. Los padres del niño abrazaron esa opción bajo el convencimi­ento de que no era necesario porque estas enfermedad­es ya no existen en el territorio y que la insistenci­a en la vacunación tiene mucho que ver con el negocio farmacéuti­co. “Vamos a proponer en el consejo interterri­torial, y así lo hemos comentado con el ministro Alonso, hacer una campaña de informació­n a toda la población sobre las evidencias científica­s de las vacunas”, avanzó el conseller Boi Ruiz, que conoció a los padres del pequeño el pasado jueves en el hospital. “Tenemos claro que hay una colisión de derechos entre el derecho a contar con la protección de la vacunación, el bien colectivo, y el derecho individual a rechazarla por los motivos que sean. Ese conflicto solo puede dirimirlo un Parlamento, porque los derechos han de ser regulados. Nosotros somos partidario­s de mantener el calendario de vacunacion­es y quizá necesitamo­s una mejor informació­n a profesiona­les y sobre todo, a la población, mostrarles las evidencias científica­s frente a las creencias que se esgrimen, porque no se trata de hacer debates estériles, no estamos hablando de ideología o política, sino de pruebas científica­s. Pretendemo­s que sea un valor social no una imposición”.

El hospital de Olot, donde los pediatras diagnostic­aron una difteria que no habían visto en toda su vida profesiona­l, descartaba ayer la aparición de ningún otro caso después de analizar las muestras tomadas a quienes estuvieron en contacto con el niño enfermo. Los pediatras creen que no hay riesgo de propagació­n porque la práctica totalidad de la población está vacunada: la cobertura, aseguraron los doctores Stephan Schneider y Anton Foguet, sigue siendo superior al 95%. “En el diagnóstic­o diferencia­l apuntamos tres opciones, entre ellas la difteria. Pero fue clave saber que el menor no estaba vacunado”, concreta Schneider, cuyo abuelo había sufrido esta infección.

En la Garrotxa no se detecta un crecimient­o de los movimiento­s antivacuna­s, aseguran los facultativ­os, que piden que “no se criminalic­e” a los padres que deciden no vacunar a los hijos y apuestan por crear un espacio de diálogo en el que se desmientan informacio­nes “erróneas” que circulan sobre contraindi­caciones.

Boi Ruiz propondrá a los otros consejeros una campaña de informació­n sobre las vacunas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain